MEDITACIÓN
Hay cuatro pasos en la meditación. Son cuatro galerías que se suceden cuando uno medita. La primera es la IMAGEN. Comenzamos a meditar y tenemos una imagen de lo que queremos saber, pensar, descubrir, etc. Digamos que vamos a pensar en el Cristo Interior. La idea con que comenzamos se llama la Imagen. Es borrosa, mental y sentimentalmente hablando. A los veinte segundos de estar pensando en la imagen nos viene una idea distinta, más clara, más satisfactoria. Esta se llama el Ideal. Ya tenemos una idea más lúcida de nuestro Cristo Interior. No es una figura, entiéndase. Es un sentimiento, una comprensión. A los veinte segundos de estar meditando sobre este sentimiento, o sea que mientras estemos sintiendo aquel sentimiento, siempre que no le quitemos la mente, pasa a la conciencia, o sea que vemos y sentimos más claramente. Ya casi podemos explicarnos en palabras. Se lo podríamos referir a un tercero. Le diríamos algo así: “Entré a un lugar más amplio, más abierto, más puro, donde no existe sino amor entre los seres”. A los veinte segundos tenemos una euforia; una felicidad, una gran paz, satisfacción, consuelo, contento, y ya estamos sonriendo y con la cara iluminada. Cualquier tercera persona que nos ve nos diría: Esa es la realización. La idea se ha identificado con nuestro ser.
Emmet Fox dice: “NO ANALICES EL AMOR DE DIOS; SIÉNTELO”, y yo no quisiera tener que analizárselo a ustedes, sólo que a mí me fue muy útil la explicación que les acabo de dar y quiero que a ustedes también les sea útil y conveniente.
Ahora saben ustedes que no necesitan más de sesenta segundos para estar en contacto con Dios. Un minuto, ni más ni menos. SI TIENEN EL INTERÉS Y LA PACIENCIA DE MANTENER LA MENTE EN UN SOLO PUNTO DURANTE 20 SEGUNDOS, SENTIRÁN LOS PASOS QUE LES HE EXPLICADO. Ya comprenden ahora por qué dice el Dr. Emmet Fox que uno puede esablecer su contacto con Dios aunque sea en medio de Times Square, y que NO ES INDISPENSABLE AISLARSE EN NINGÚN LUGAR O ESTADO DE SOLEDAD PORQUE SI ASÍ LO ACOSTUMBRAS, VERÁS QUE EL DÍA QUE MÁS NECESITAS DE DIOS TE ENCONTRARÁS EN MEDIO DE UN TUMULTO O UN TERREMOTO.
Todo lo que hace falta es voltear el pensamiento hacia Dios, y a los veinte segundos ya se está en el SILENCIO, o sea ese estado misterioso de que tanto hablan y ponderan los místicos pues el Silencio es simplemente un estado de paz, de amor, de confianza en Dios. Un instante de intimidad con Él.
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