Cómo hacerlo:
Elegimos un lugar aireado.
Nos sentamos de la manera más cómoda posible.
Practicamos tres o cuatro respiraciones profundas para aflojar el cuerpo y la mente.
Realizamos una respiración lenta y profunda a continuación.
Llevamos nuestro pensamiento hacia lo Infinito.
Imaginamos una lluvia de luz dorada que nos purifica.
Visualizamos las llamas de energía de color violeta que nos envuelven.
Se forma un círculo de Fuego Violeta a nuestro alrededor.
El círculo se transforma en un Pilar de Fuego que se proyecta hacia arriba, hacia el Universo.
Pasamos a una respiración vigorosa y profunda, imaginando que estamos alimentando al Fuego Violeta con nuestro ritmo respiratorio.
Nos concentramos en la idea de que toda desarmonía es quemada, removida de nuestro cuerpo, emociones y mente.
Ningún pensamiento que no deseemos puede mantenerse en ese momento. Todo pensamiento no deseado es quemado por el fuego violeta.
Usamos el decreto :"Yo soy Luz Infinita"
Nos quedamos en ese estado como mínimo unos cinco minutos, aunque es aconsejable llegar a los quince o veinte minutos con el tiempo.
En ese estado de máxima serenidad y expansión podemos trabajar con nuestros mantras-yantras o afirmaciones-visualizaciones.