Ustedes saben ya que al pensar en Dios, al pensar en algo espiritual, en el Cristo en nosotras o en Dios en nosotras, ya hemos polarizado el pensamiento, y lo hemos polarizado en lo más alto. De manera que en cuanto tenemos un tropiezo, una evidencia de enfermedad, un accidente, un desagrado, o que nos encontremos diciendo o haciendo algo negativo o destructivo, debemos memorizar la presencia de Dios en nosotras primeramente; el hecho preciso de reconocer la falta en nosotras, equivale a la confesión católica y por lo tanto el error (que los católicos llamamos "pecado") ya está perdonado. Ustedes saben que la penitencia que da el Sacerdote es una oración ¿Qué hacemos cuando elevamos la mente al espíritu y hacemos un tratamiento? Pues estamos haciendo una oración. Y las que ya conocemos la práctica de reconocer un error, sea en nosotras o en otra persona, negar ese error, afirmar la verdad QUE ES DIOS, nos conectamos directamente con El. Cada vez que una se conecta directamente con Dios es invariable que se siente un gran alivio ¿Qué significa esto? Que Dios mismo ha perdonado y ha borrado hasta los efectos de aquel pecado. Porque donde nosotras coloquemos a Dios, El inmediatamente ordena y perfecciona en su creación. No puede existir imperfección donde esté Dios. Donde nosotras sintamos a Dios, estamos sintiendo Su Perfección. La única forma de hacer contacto y conexión con Dios es mentalmente. Pensando en El; no hay otra forma.
Como Dios es Amor, al pensar en El estamos pensando amor ¿Se han dado cuenta de esto? No podemos pensar en Dios sin pensar amor. Es decir, que estamos amando a Dios cuando pensamos, aunque no sea sino en la palabra "Dios", y la Biblia dice: "El amor es el cumplimiento de la Ley", esto quiere decir TODA LA LEY, o sea, todas las leyes. Estamos "en ley" cuando estamos en amor, pensando amor, pensando en Dios, y cuando nosotras, estudiantes de la Verdad Metafísica, estamos tratando de cumplir las Leyes de Dios, tratando de elevarnos, tratando de comprender, o sea buscando con todas nuestras fuerzas, con todo nuestro corazón y sentidos, tenemos derecho a la paz perfecta de nuestras mentes y almas. Estamos con Dios. Estamos en amor. Mejor voluntad no se puede expresar que la que nosotras estamos expresando en este momento, ustedes oyendo esta charla, yo dictándoselas. Y Jesús dijo: "Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad".
La Paz es el Don más grande de Dios. Emmet Fox dice, que cuando nuestras almas están en paz, nada puede descomponerse, y todo lo podemos. No se formen una figura de la Paz en la mente. La Paz no es estar pasivas e inactivas. Se puede estar en plena y febril actividad y estar en perfecta paz. Es el alma, el corazón, los sentimientos, el estar contentos, interesados en la tarea a la mano, estar en paz. Estar así es la felicidad. No se necesita mayor cosa para estar feliz. Se necesita la paz y nada más. Es importantísimo, pues, conservarse en paz, aprender a estar en paz, conocer lo que es la paz y valorizar todo para saber cuáles son las cosas que no merecen la pena ni decir, ni pensar, ni hacer, ni obtener, porque nos quitan nuestra paz, ya que la paz es lo único que vale la pena, ya lo hemos visto:
LA PAZ ES LA FELICIDAD.
Si se está molesto, no importa, qué especie de molestia, bien sea molesto en nuestro ánimo como en nuestro cuerpo, no se está en paz. Y se está infeliz, ¿no es así? Cuando tenemos carencia de dinero, carencia de cosas necesarias para la vida, (soledad es carencia de compañía) angustia por nuestros seres queridos, temor o aprensión por el futuro, todo es falta de paz. Todas estas cosas nos quitan nuestra paz. Podríamos ahora comenzar a detallar de nuevo las formas de ir curando todas esas condiciones que he mencionado, pero ya ustedes saben cómo actuar en cada una de ellas. Y si no se acuerdan es que tienen que repasar las lecciones que tienen archivadas o engavetadas, porque todas estas condiciones están cubiertas en las clases que se les han dado. Ustedes saben también que la verdad que se tiene, si no se usa o no se aplica, de nada sirve. Es más, es grave. Poseerla y no usarla es el pecado de omisión ¿Cuántos hay que anhelan una fórmula para quitarse de encima toda la opresión que los mata, y aquel a quien se le ha dado la desperdicia?
A esto último se le puede aplicar un adagio muy popular que dice: "Ni lava ni presta la batea". Es egoísmo y desperdicio de la peor especie. De manera que no comenzaremos de nuevo a enseñar lo que ya se sabe. Lo que sí haremos es recalcar el supremo remedio. La fórmula más alta para obtener todo lo que nos sea menester en cualquier momento, y sobre todo, la única manera de obtener nuestra paz instantánea, y toda la luz que necesitemos es dirigirnos a nuestro Yo perfecto. A nuestro Cristo Interior. A la Presencia de Dios. Acuérdense que donde reconocemos la Presencia de Dios, Ella comienza a poner orden en Su Creación. Comienza de inmediato a perfeccionar lo que está manifestando imperfección. Porque lo que estemos viendo que parezca imperfecto, aunque sí tenga forma y bulto, NO TIENE SUBSTANCIA REAL. Se puede deshacer porque está basado en una mentira. Lo que esté basado en la Verdad es eterno y no se puede desbaratar. Pero la mentira se esfuma al confrontarla con la Verdad, así es que por sus frutos los conoceréis. ¿Te encuentras frente a algo que te perturba, que parece muy, real? Prueba diciéndole: "Tu no tienes substancia, eres mentira, la Presencia de Dios está en tí porque Dios es la única Presencia y el único Poder". Como todo contiene la energía divina, al invocarla, mencionando la Presencia de Dios, la forma o figura ficticia se borra, se esfuma, deja ver la Verdad pura.
Este párrafo que acabo de decir es la gran fórmula. Es amor y lealtad a Dios. Estúdienlo, medítenlo mucho, pónganlo en practica y verán el adelanto rapidísimo.