Te regalo lo que se te antoje.
Conny Mendez.
1) Escribe en un papel, y en orden de
importancia para ti, todas las cosas
que tú deseas y sin temor de pedir
demasiado, pues la fuerza que te voy
a dar a conocer no sabe de limitación.
2) Lee tu lista al despertarte y antes de dormir.
3) Piensa a menudo en tus deseos.
Goza imaginándolos, y siempre que los recuerdes di:
"Gracias Padre que ya has dado la orden de que me sean conferidos!".
4) No le cuentes a nadie lo que estás haciendo.
Esto es muy importante porque si lo comentas
con alguien, se disipa toda la fuerza y no verás
realizados tus deseos. Eso es todo. Ahora...
Para mayor satisfacción tuya, sé espléndido
contigo mismo. No digas en tu lista que
deseas una casita "Aunque sea chiquitita...
Pídela del tamaño que te convenga y te agrade plenamente.
Si es dinero, menciona la suma, si es trabajo
indica qué clase, el sueldo al que aspiras,
las condiciones y la localidad más conveniente para ti.
En tu primera lista pon cosas sencillas
para que te vayas acostumbrando tú mismo
a ver caer y ocurrir maravillas, pues como jamás
has hecho esto, no vas a creer que sea posible,
y te advierto que esta duda te puede costar
el que no veas lo que has pedido. Es natural que te
vengan dudas y desconfianza porque la idea es muy
nueva para ti. Pero cuando sientas escepticismo,
pesimismo, etc., saca tu lista, reléela y da las gracias
de nuevo. El dar las gracias por lo que aún no se ha
visto es la forma más positiva de manifestar la fe.
Lo recomendó Jesucristo en varias ocasiones, como tú
recordarás, notablemente antes de alimentar a cinco
mil personas con cinco peces y cinco panes, cuando miró
hacia el cielo y dio las gracias en el
momento de partir el primer bollito de pan.
Ah..., te va a sorprender que cada vez que leas tu lista,
primero vas a tener que tachar algunos puntos
porque ya se te habrán realizado. Entonces
tendrás que hacerla de nuevo, poniendo otros
puntos en los lugares más importantes. No te
preocupe esto. Es natural, a todo el mundo le
ocurre. Lo que sucede es que tu Yo Superior te
va indicando que muchos de estos deseos están
ya al alcance de tu mano, mientras
que hay otros que no lo están tanto.
Ah..., no te pongas a "jurungar" respecto a la
manera cómo se te van a dar porque esto es
contraproducente. La Gran Fuerza Espirtual está
más allá de tu comprensión humana. Acepta lo que
te da con gratitud, no la interrumpas ni la cohíbas,
y sobre todo, no se te ocurra pensar o decir o
exclamar cuando veas tus deseos realizados:
"Cómo va a ser! Esto no parece posible! Si lo que
parece es que todo esto se iba a realizar de todas
maneras! "NADA DE ESO!!! Lo que pasa es que la
Gran Fuerza Espiritual (cuyo nombre verdadero,
entre paréntesis, es "La Ley de Precipitación")
es completamente impersonal y coloca sus dones en
los lugares más armoniosos, más naturales,
aprovechando los canales ya establecidos en tu propia vida.
A ella no le interesa el exhibicionismo ni la sorpresa.
Sólo cumple con su cometido de darle lo
que tú pidas, donde mejor convenga.
"PIDE Y SE TE DARÁ; BUSCA Y ENCONTRARÁS;
TOCA Y TE SERÁ ABIERTO".
Mateo 7,7 al 11.
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