y escorpiones y sobre todo poder del enemigo
y nada os podrá hacer daño (Lucas 10:19).
El don que Dios dio al ser humano,
es su primer poder,
el poder y autoridad sobre todo lo creado,
su mente su cuerpo y su acontecer,
de la ausencia de ese poder, nace toda la infelicidad.
El ser humano se ve a si mismo frágil
y victima de las circunstancias e induce esas situaciones
sobre las que no tiene control, provocando su fracaso.
Las personas por si mismas son evidentemente victimas
de la circunstancias, pero si se unen al poder
de dios todas las cosas se vuelven posibles.