Cuando se ha logrado un magnífico resultado con la ayuda de una de las maestras, o de una de las discípulas ya conscientes, es porque ha habido todo un proceso muy bien construido por la persona consciente, ya que los principiantes están llenos de conceptos errados, llenos de ignorancia. Cuando ellos medio comprenden que sus propias palabras han destruido lo que se había ganado, proceden a tratar de volver a hacer aquel tratamiento maravilloso, y la oración que expresan es más o menos la siguiente: “¡Ay Padre! No dejes que ese bandido desgraciado vuelva a hacer lo que tanto me hizo sufrir...”, o así “Ay Padre, no dejes que me vuelva la enfermedad que tantos años me tuvo así y así...”. Lo cual es resucitar el problema y echarle leña al fuego recordando resentimientos y rencores. La manifestación que esto trae es mucho peor de lo que era antes del primer tratamiento.
El remedio que les doy es el siguiente para que no caigan en peores errores: Cuando ustedes vean que el problema regresó después de haber estado resuelto, o la enfermedad después de haber sido curada o mejorada notablemente, ya saben qué es lo que ocurrió. Entonces digan la oración o afirmación siguiente, SIN REPETIRLA porque es tremendamente poderosa:
YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA DEL DECRETO CONSTRUCTIVO QUE HICE RESPECTO A ESTA SITUACIÓN, ME PERDONO ESTA RECAÍDA. YO SOY LA LEY DEL PERDÓN Y LA LLAMA TRASMUTADORA DE TODOS LOS ERRORES COMETIDOS POR MÍ Y POR TODA LA HUMANIDAD. GRACIAS PADRE QUE ME HAS OÍDO.
Y nunca les puedo repetir demasiado: Cuiden sus palabras. Cuiden sus decretos después de pronunciar el Santo y Mágico, poderosísimo YO SOY!
YO SOY LA RESURRECIÓN Y LA VIDA DE TODA LA GLORIA Y EL BIEN QUE YO CONOCÍ JUNTO AL PADRE ANTES DE QUE ÉSTE MUNDO EXISTIERA.
Por Conny Méndez
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