Para mantener una actitud de alegría no hace falta ignorar
las dificultades. Sólo tienes que decidir que no
permitirás que éstas te dobleguen.
A pesar de que podrían no existir razones objetivas
para sentir alegría puedes vivir, aún así, este día con alegría.
Y la propia alegría es el mejor motivo para ello.
Siente alegría no como un resultado, sino como una causa.
Deja que se constituya en una fuerza que
esparza su luz por todas partes.
No existe razón como para sentir culpa por estar
alegre de verdad. Porque viviendo con alegría estarás
dando mucho más de lo que recibas.
Este es un día para sentir alegría. Vívelo así
sin importar lo que el mundo pueda exigir.
Y estarás creando algo de verdadero valor.