Ninguno de nosotros puede manejar o escoger todas las circunstancias que cada día nos depara.
Hay una canción de Joan Manuel Serrat que me ha gustado mucho por años, que inicia con la siguiente estrofa: Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así; aprovecharlo o que pase de largo depende en parte de ti.
A mí me parece que tiene mucha razón. Ninguno de nosotros puede manejar o escoger todas las circunstancias que cada día nos depara, pero ciertamente somos los dueños absolutos de nuestras reacciones. Tenemos dominio sobre el elemento clave para vivir la vida y para lograr el éxito: La Actitud.
Hay dos clases de personas; los optimistas y los pesimistas. Unos esperan lo mejor de la vida, los otros viven esperando lo peor, lo cual por cierto, siempre les alcanza. ¿Cuál es la diferencia entre ambos grupos? La actitud, ni más ni menos. Esa disposición del comportamiento que nos diferencia a todos los seres humanos. Hay actitudes mediocres, las hay malas, las hay buenas y las hay excelentes. Están todas en el supermercado de la vida. Y además ¡ES GRATIS!, solo se trata de escoger una y llevártela contigo.
La actitud que hayas escogido para vivir te dará frutos constantemente. Te acompañará cada día y moldeará tu vida. Aunque no lo sepas, la actitud con que te desenvuelves va a determinar cómo te tratan los demás. Mi actitud entonces, tiene la clave para lograr una buena reacción en los demás. Aprendí a sonreír y no se ha quitado nunca.