Existe un poder místico que es capaz de transformar tu vida completamente, de
forma tan radical que, de completarse el proceso, tus propios amigos apenas
te reconocerán; y, de hecho, tú difícilmente podrías reconocerte a ti mismo.
Te puedes levantarte de la cama de inválido, hacerte fuerte y saludable, y
libre para salir al mundo a moldear tu propia vida como quieras. Puedes
abrir de golpe la puerta de la prisión y liberar al cautivo.
Este poder puede hacer por ti lo más importante: encontrar tu verdadero
lugar en la vida, y ponerte en él.
Este poder no es otra cosa que el Poder Primigenio del Ser; y descubrir
dicho poder es el derecho divino de todos lo hombres.
“El Reino de Dios está entre vosotros” (Lucas: 7:21).
”Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todo
lo demás os vendrá por añadidura”. (Mateo 6:33).
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