Al encontrarnos a alguien o saludarlo:
Lo mejor es hacerlo con sentimiento, sintiendo realmente lo que decimos. Al decir "Buenos días", "Buenas tardes" o "Buenas noches" tratemos que no sean simples palabras automáticas que no tienen sentido. ¡Démosle el sentido que realmente tienen!. Cuando decimos "Buenos días" que sea realmente un deseo sincero de que la otra persona tenga un muy buen día, se lo debemos desear de corazón.
Otra manera de saludar a otro es bendiciendo su Cristo interior. Como sabemos al bendecir en realidad estamos multiplicando y al bendecir el Cristo interior de alguien en verdad estamos multiplicando el poder de ese Cristo interior en la vida de la persona. Lo que estamos haciendo es despertando su sentido espiritual y quitándolo del sueño hipnótico de la vida material para volverlo poco a poco un ser espiritual y por lo tanto más desarrollado. Lo podemos hacer de esta manera:
Al ver a la persona podemos decir mentalmente:
"Con Amor bendigo tu Cristo Interior".