¿Sabías que todos tenemos una aureola?
¿Sabías que todos nosotros tenemos una aureola, tal como la representan en algunas pinturas? Por increíble que parezca, esto es muy cierto, y esta aureola es una parte fundamental de nuestro ser espiritual, jugando un papel muy importante.
Por mucho, hemos visto que figuras importantes en el tema religioso, como Jesús, los apóstoles, profetas de múltiples religiones, ángeles, entre otros seres, se les realiza el dibujo de una aureola en la parte superior de su cabeza. Ahora bien, la imagen que verás a continuación es la representación típica de una aureola, mas no es el diseño original.
Sin embargo, el diseño más apegado a la forma de una aureola es como el de la siguiente imagen:
Aunque claro, éstas pueden tomar formas mucho más complejas, como la siguiente:
Ahora al punto. La aureola es una parte fundamental de los seres de la luz, y entendemos que todos los humanos somos seres de la luz, por ende todos los humanos tenemos una aureola. De hecho, gran parte de los fenómenos que nos ocurren a diario tienen una relación muy pero muy estrecha con nuestras aureolas.
Las areolas son partes inherentes del ser espiritual. Es decir, todo ser espiritual tiene una aureola, aunque no siempre decidan manifestarse de manera visible. La aureola es el resultado de lo que irradia nuestro ser, y ésta se manifiesta ya que, desde nuestros chakras, comienza a subir una energía sagrada hasta la coronilla, siguiendo el camino de los nadis ida y pingala. Luego de esto, la energía sale de nuestra coronilla para manifestarse tanto en el universo como también lo hace en nuestros cuerpos espirituales y en nuestros chakras extracorpóreos (chakras más allá de nuestros cuerpos, que se ubican por encima de la coronilla), de modo tal que este flujo irradia una fuerte luz que luego es amoldada por nuestra consciencia, hasta tener (por lo general) una forma circular que parece estar detrás de la cabeza, que es la que conocemos como la aureola.
Conectarnos con los seres espirituales: Nuestras aureolas irradian un fuerte flujo de luz, de hecho una aureola bien desarrollada puede irradiar una fuerte luz como la que percibimos del sol. Ésta aureola es como una huella dactilar espiritual, ya que en ella se muestra quienes somos, qué hacemos, cuáles son nuestras intenciones, entre otros. Los seres de la luz enlazan sus aureolas a fin de mantener una comunicación que podemos llamar telepática si queremos, donde se transmiten intenciones o pensamientos en lugar de palabras. Por supuesto, nosotros los humanos no estamos excluidos de esto, de modo tal que podemos conectar nuestras aureolas tanto a seres espirituales como a seres físicos.
Conectarnos al universo: Las aureolas se conectan con el todo, con el saber, con la naturaleza, con el universo mismo. Es algo que, honestamente, no puedo explicarte con palabras, pero la descripción más cercana es la de tener al universo dentro de tí, a la vez de sentirte dentro del universo, algo sumamente fascinante.
Transmitir: Las aureolas transmiten intenciones más allá de nuestros cuerpos. Un ser con buena intención, de manera inconsciente quizás, transmite una intención que nace desde el corazón, saliendo ésta por 2 aperturas: Una frente al pecho, derramando amor, y otra por la coronilla, haciendo resplandecer la aureola que, a su vez, se encargará de ordenar todas las cosas a fin de que la buena intención que nació en el corazón sea cumplida de manera perfecta.
Aprendizaje 4-D: Le llamó aprendizaje de cuarta dimensión (4-D) a aquél que se recibe sin utilizar los medios convencionales, ya que no proviene de los sentidos físicos, sino de los espirituales. Es literalmente como si metieran un paquete informativo dentro de tu cabeza, y en tan solo instantes (a veces en menos de 1 segundo) sabes y manejas a la perfección algo que nunca en tu vida habías aprendido ni estudiado. ¡Fascinante!
Sí, definitivamente sí. Los pasos son sumamente sencillos, pero requieren de práctica. A continuación te los dejo:
Primer paso: Ubica una hoja de papel blanco, o una pared blanca. Pon tu mano en ella y relájate lo más posible. Una vez lo practiques, comenzarás a ver una especie de capa semitransparente. Ésto es parte de tu aura. Progresivamente comenzarás a ver y distinguir colores en tu aura. Una vez tengas dominado esto, procederemos al paso 2.
Segundo paso: La técnica para ver la aureola es prácticamente la misma para ver el aura, con la diferencia que ahora nos ubicamos frente a un espejo. Nos vamos a enfocar en la cabeza, unos 30 centímetros (aproximadamente 1 pie) por encima de esta. Nos relajamos y calmamos la vista lo más posible. Poco a poco se comenzará a dibujar el patrón circular que caracterizan a las aureolas.
Tercer paso: Enfócate en mirar a una persona que no se esté moviendo. Mira encima de su cabeza, nuevamente a 30 centímetros sobre esta, hasta que el patrón circular empiece a aparecer ante tus ojos.
Con estas sencillas técnicas podrás ver, con el tiempo, las aureolas de manera natural.
Orando
Siendo más optimista
Meditando
Ayudando al prójimo con mucho amor
Relajándome
Visitando la naturaleza
Con decretos metafísicos
Animando a las personas
Manteniendo la esperanza
Limpiando nuestras auras
Cómo ves, el tema de la espiritualidad es sumamente extenso e interesante.