Todos los días tienes cosas que hacer,
deberes que cumplir, algunos te molestan,
te fastidian, te son duros;
otros son meras rutinas, otros te gustan,
te son placenteros o interesantes,
como sentarte a leer el periódico
o asistir a una fiesta, etc.
Dedícalos. Tanto los agradables como
los desagradables. Antes de comenzar di:
“DEDICO ESTO AL BIEN”,
y si se te olvida hacerlo porque
no has hecho aún la costumbre,
y lo llegas a recordar cuando ya has
comenzado y vas por la mitad, dedícalo
de todas maneras. Te sorprenderá ver
cómo los quehaceres pesados se te vuelven
tan livianos que no los sientes: los gastos
te serán verdaderos encantos; y lo más
grande es que todas aquellas personas
que están haciendo lo mismo que tú,
en lugares distintos a ti, y que tú ni
siquiera conoces, se benefician con
las ondas de bondad que les estás
enviando. Les haces la carga liviana,
les comunicas tu buen humor,
y este bien te bendice a ti.
Por Conny Méndez