IRIDOLOGIA. 2ª. PARTE
A parte del estudio de la pupila y de la corona, los diferentes signos a reconocer son:
Densidad iridiana.
Manchas toxinicas.
Manchas residuales.
Coloraciones anormales.
Signos orgánicos.
Entre los signos más importantes se pueden destacar:
Rosario Linfático.
Anillos nerviosos.
Lesiones cerradas.
Rayos solares.
Manchas psóricas.
Anillo costroso.
Anillo de sodio.
Arco senil.
Irritaciones.
En qué nos puede ayudar la Iridología
Utilizada correctamente, la Iridología es una herramienta de diagnóstico de las posibles patologías que el individuo puede desarrollar a lo largo de su vida y como existe un paralelismo entre la densidad de las fibras del iris y la respuesta o resistencia a las enfermedades que presenta una persona, se puede pronosticar de que modo va a responder ante ellas.
Origen e historia de la Iridología
La Iridología empieza con los egipcios para quienes el ojo y la vista eran tremendamente importantes ya que formaban parte de las características propias del alma. Se fijaban sobretodo en los cambios que se producen en la coloración del iris, especialmente con las emociones y aunque no mencionan áreas, ya nos hablan de ellos con sus jeroglíficos.
Una fecha importante para la Iridología es 1836 cuando un niño de Egervar, cerca de Budapest, Hungría, Ignaz Von Peczely, a quien le encantaban las plantas y los animales, en un intento de capturar a un búho, le fracturó la pata.
En ese preciso momento Ignaz pudo observar como en el ojo del búho aparecía un cambio y empezó a pensar que los cambios que se manifestaban en el organismo también lo hacían en el ojo.
A partir de esa experiencia, continuó investigando y creó la primera topografía (interpretación) aproximada en 1850.
Desde la primera topografía hasta la última, han pasado, muchos años (1850 - 1980) y durante ese tiempo, la Iridología ha ido evolucionando y adquiriendo más datos, de modo que se ha ampliando de tal manera que, en este momento existen una gran cantidad de datos y ejemplos que manifiestan aquello que ya en un principio Ignaz Von Peczely observó en el iris. |