La libertad es más sabrosa que un pedazo de pan. Porque con libertad consigues tu pan, pero con un pan facilitado caes en la esclavitud.”
Lo mismo sucede con la vida, si quieres libertad para hacer las cosas no esperes depender de nadie, la libertad comienza cuando tú misma te forjas un camino, cuando luchas por tus ideales, por tener un trabajo tuyo propio y cuando dejas de esperar que las cosas te las regalen, eso es depender y elimina todos tus derechos.
Por eso es tan importante saber caminar por la vida sabiendo que puedes valerte por ti misma. Si convives con un maltratador puedes dejarle y salir a trabajar por tus hijos y para ti misma. La libertad en el buen sentido de la palabra hace a las personas libres.
Hay también quien se queja de que por darle espacio y libertad a su pareja, este pasó de la libertad al libertinaje. La línea entre libertad y el libertinaje es muy delgada y fácil de cruzar, he ahí la importancia de tener las ideas claras en tu cabeza y el respeto y la confianza que la otra persona te da.
La libertad la escoges tú, con tus actos y con tus decisiones, si eres una persona que trabaja sabrás la responsabilidad que hay detrás de la palabra “libertad”.
La libertad de los hijos es otro punto a tomar en cuenta, tú eres la que marca los límites, no los hijos. Mientras vivan bajo tu techo debes hacer que respeten tus decisiones, pero sabiendo escuchar qué es lo que ellos desean. Debes darles espacio, pero no malcriarlos permitiendo que te falten el respeto haciendo cosas con las que no estás de acuerdo o que no van con tus conductas morales.
Darles libertad, pero con límites hasta que sean dueños de sus vidas.
Muchas veces dejamos libres a nuestras parejas porque también es cómodo para nosotras que si llega el momento, y nos pasamos en algo, no puedan decirnos nada porque había libertad. Pero eso definitivamente no es bueno para la relación, debe haber mucha confianza, pero sobretodo lealtad y fidelidad, que aunque te encuentres lejos de tu pareja ambos puedan estar tranquilos sabiendo que la persona en quien confías sabe darle un uso correcto a su libertad, eso es amor.
Sólo cuando somos libres podemos tener voz, opinar y tomar nuestras propias decisiones, pero la libertad hay que utilizarla con mucha precaución. Igualmente, debemos conceder libertad, pues siendo libres crecemos como personas… eso sí, hay que conceder la libertad con precaución, dejando bien claro los límites. Libertad, no libertinaje.
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