LA INTERDEPENDENCIA.-
Toda relación sana debe basarse en una equilibrada interdependencia. Nadie puede ser totalmente independiente, pero tampoco debemos tornarnos dependientes y perder la conexión con nuestro propio ser, buscando en los demás luz prestada. La interdependencia se enriquece con la mutua ayuda, la armonía de actitudes y comportamientos, la sinceridad y el anhelo de compartir. La persona se valora así misma y a los otros, cuida de sí misma y de los demás.
Este es un concepto que aprendí hace muchos años, y usar como ejemplo una relación de pareja, afirmando que cada uno de los miembros debe tener sus propios planes de vida, que no necesariamente debe estar involucrada la otra persona en esos propósitos, pero cuidando que no vayan en contra de los planes que deben tener en conjunto; en estos últimos se ubica el espacio interdependiente, es aquí donde debe observarse con cautela la armonía de la relación, en concebir verdaderos destinos conjuntos donde los compromisos y las ganancias sean equilibrados, y que exista un genuino sentimiento al decir ¡Lo logramos!
La clave de la interdependencia
Comienza con el amor propio, con quererse, aceptarse, valorarse y saber que como hijo predilecto de Dios, viniste al mundo a cumplir un rol que te permita iluminar tu camino y el de otros, y no estás creado para permanecer a la sombra de otro.
Comprende que las otras personas que están junto contigo en una relación, tienen la misma condición anterior, y se unen para complementar y potenciar los resultados, no para buscar ser carga o carguero de otro.
La mejor manera de sentirse interdependiente, es que tengas la libertad de expresar cuanto te ocurre en la relación y, que por otra parte te sepas respetado cuando vives o callas una situación personal, que no compete al espacio diseñado para ambos.
Te alegras de los triunfos del otro, te enorgulleces de tus propios frutos, y te sientes en complemento y realización, cuando obtienen resultados maravillosos en conjunto.
La interdependencia, exige diseño de futuro, conversar sobre la separación de los roles, clarificar la misión de vida, mirar las áreas comunes, respetar las áreas particulares y buscar acciones basadas en la sinergia.
Tener un verdadero equilibrio entre ser dependiente, independiente e interdependiente, exige madurez, claridad de vida, coraje para aceptar a los otros y vigor para amarse a uno mismo en su más amplia dimensión. |