¿QUÉ ES LA HOMEOPATÍA?
Las opiniones en torno a ella son variadas, ya que tiene detractores que protestan contra sus principios, pero por otro existen quienes defienden su eficacia y carácter científico. Lo cierto es que la Homeopatía no pasa desapercibida y sigue vigente a más de dos siglos de haberse creado.
Para disipar estas dudas, saludymedicinas.com.mx tuvo la oportunidad de conversar con el Dr. Rodolfo Luna Reséndiz, profesor de la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía (ENMyH) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), quien explica en principio que esta disciplina tiene la virtud de ofrecer al paciente “una alternativa médica para curarse de manera rápida, suave y permanente, aunque esto depende de la enfermedad que tenga”.
De manera más extensa, el especialista comenta que la Homeopatía es una Medicina complementaria que fue desarrollada por el notable médico y traductor alemán Samuel Hahnemann entre 1790 y 1843, sin dejar de lado que la presencia de esta rama del conocimiento en territorio mexicano data de 1856, cuando arribaron a nuestro país varios médicos españoles que la difundieron con éxito.
“A partir de 1936 ha formado parte del IPN como escuela fundadora, y en todo este tiempo han egresado aproximadamente 4 mil médicos homeópatas”.
Finalmente, explica que la historia de esta ciencia en México se encuentra muy relaciona con la ENMyH porque, “de las escuelas de Medicina del país, es la única que ofrece, dentro de la formación de un médico, la enseñanza de terapias complementarias y alternativas, en concreto, Homeopatía y acupuntura”.
Cualidades
Una de las dudas más frecuentes radica en saber qué hace distinta a dicha disciplina con respecto a los procedimientos convencionales, y a ello responde el especialista: “En la Medicina común o alópata se emplean grandes cantidades de fármacos, mientras que en la Homeopatía se recurre a proporciones mucho menores. Esto obedece a una lógica particular y que podemos resumir en una idea: aquella sustancia que causa un síntoma cuando se toma en grandes dosis, lo puede curar si se administra en pequeñas dosis”.
Tal es el “principio de semejanza” o “ley del semejante” que permitió a Samuel Hahnemann fundamentar sus afirmaciones y que dio continuidad a la idea que postuló el médico griego Hipócrates, quien vivió en el siglo IV antes de nuestra era, cuando afirmó que “lo semejante cura lo semejante”
El Dr. Rodolfo Luna aclara: “Supongamos que tenemos una sustancia que cuando la toma una persona sana en dosis altas le ocasiona determinado problema, por ejemplo, inflamación en el estómago o gastritis. Si ese mismo compuesto lo tratamos de una manera homeopática, es decir, lo diluimos en pequeñas dosis, lo podemos administrar a alguien con gastritis y mejorará”.
Los medicamentos homeopáticos tienen distintas formas farmacéuticas, como glóbulos, comprimidos, pomadas, soluciones (orales, oftálmicas, nasales) y supositorios, entre otras, en tanto que las sustancias a las que recurre han sido utilizadas desde épocas antiguas y provienen de plantas, animales y minerales. De ahí que también se diga que esta disciplina utiliza substancias de la Medicina tradicional.
“El secreto está en la manera en que se preparan los medicamentos —describe—, y esto se hace, de acuerdo a los lineamientos que establece la Farmacopea Homeopática de los Estados Unidos Mexicanos, que los medicamentos adquieran un estado especial que les permite modular u organizar la capacidad del organismo para hacer frente a una enfermedad. Esto nos lleva a aclarar que un medicamento homeopático no es un antibiótico, es decir, no es capaz de matar microorganismos, pero sí regula al sistema inmunológico (que nos protege de enfermedades) y a la respuesta endocrina (de glándulas y producción de hormonas) para que la reacción del organismo sea más efectiva en la eliminación de determinados gérmenes.”
Ante la pregunta de cómo es posible que se desencadene esta reacción al interior del cuerpo humano, el galeno responde con franqueza y sentido del humor: “Aún no sabemos cómo funciona exactamente un medicamento homeopático, aunque estamos trabajando en ello. Y en cuanto lo descubra, reclamaré al menos el Premio Nacional de Ciencias”
Todos los padecimientos pueden ser tratados con medicamentos homeopáticos, aunque aclara que esto no significa que esta disciplina sustituya otras terapias ni que en todos los casos logre la erradicación definitiva del padecimiento.
Por ello, explica que se debe saber que “hay dos tipos de enfermedades, las auto limitantes, que se curan por completo, como un resfriado, y las crónico-degenerativas, que son con las que el paciente debe convivir por siempre, como presión arterial elevada; en estas sólo podemos frenar su avance y mejorar las condiciones del paciente”.
Si tenemos a una persona de la tercera edad con gripe, que tiene defensas bajas, está desnutrida y deprimida, la Homeopatía va a darle buenos resultados y le ayudará a suprimir la enfermedad. En cambio, no podemos quitar la diabetes (alta concentración de azúcar en sangre por incapacidad del organismo para asimilarla) con ningún tipo de medicina, pues el único método real consistiría en restablecer las células del páncreas que se han atrofiado, lo cual es imposible hasta la fecha. Lo único que está a nuestro alcance es lograr que el paciente que necesita medicamentos e insulina requiera dosis menores y que las complicaciones no se presenten tan rápido.
Así, el médico explica que la Homeopatía puede dar excelentes resultados en toda enfermedad y en las de tipo autoinmune (causadas cuando el sistema de defensas ataca a los tejidos del propio organismo), como asma (obstrucción respiratoria que genera sensación de ahogo y ataques de tos), rinitis alérgica (irritación nasal que se produce al contacto con humo, polvo o pelo de animales) o artritis reumatoide (origina dolor, rigidez, hinchazón y pérdida de función articular).
Asimismo, indica que pacientes con cáncer, sida o diabetes que siguen su tratamiento alópata pueden tomar paralelamente medicamentos homeopáticos para que su respuesta a la terapia sea mucho mejor, más no para abandonarla.
Como puede observarse, el abordaje de una enfermedad es complejo y, precisamente, ésta es la causa por la que un especialista en este método alternativo de curación debe contar primero con una formación integral en medicina, a fin de que pueda determinar cuál es mejor tratamiento a seguir o, en otras palabras, si éste debe realizarse con base en medicina homeopática, alopática o combinando ambas.
A este problema de percepción se debe añadir el riesgo: la omisión. “Un medicamento homeopático puede impulsar al paciente a dejar de hacer cosas que convengan a su salud. Por ejemplo, conocí el caso de una persona con insuficiencia renal (disminución en la capacidad de los riñones para filtrar sangre) que tenía la posibilidad de recibir un órgano para trasplante de su hermano, pero un supuesto homeópata lo convenció de que no se sometiera a la operación, pues le aseguró que era capaz de curarlo. Después de dos años, el enfermo notó que no tenía resultados positivos, y cuando regresó para que se le practicara la cirugía, los estudios mostraron que el deterioro en su organismo era tal que la intervención ya no era viable. Así, hubo un momento en que tuvo la oportunidad de aliviarse, pero tomó la decisión equivocada”.
Otra dificultad que enfrenta esta Medicina en México es la baja cantidad de especialistas con que cuenta que a principios de este siglo hicimos una encuesta nacional que nos reveló datos interesantes; por ejemplo, encontramos que nuestra disciplina es conocida sobre todo en las grandes ciudades y que aproximadamente 25% de la gente sabe qué es la Homeopatía, pero también descubrimos que cerca del 10% de la población se ha sometido a tratamientos de este tipo. 10 millones de personas son demasiado si consideramos que la ENMyH sólo ha formado a 4 mil médicos, y esto significa que muchas personas son atendidas por egresados de escuelitas en las que no hay una preparación médica seria”.
A pesar de estas vicisitudes, el Dr. Rodolfo Luna Reséndiz concluye que los beneficios que ofrece la terapia homeopática formal son palpables y que incluso brinda una alternativa muy llamativa para su uso en grandes áreas de la población. “Me parece que puede tener un alcance muy amplio en los sistemas de salud pública, y sin duda incrementaría la calidad de la atención médica, siempre que su ejecución corriera a cargo de personas capacitadas y con adecuada formación médica