Un temor común en las mujeres es la posibilidad de quedarse solas… solas en un mundo de parejas.
Para la mujer, una de las preocupaciones más grandes es su vida de pareja. El amor es una preocupación constante, tanto por el enamoramiento como por el desamor…
Las mujeres nunca queremos estar solas, prefiriendo no soltar al hombre que se tiene, por desastre y malo que sea. Pero muchas veces, lo peor que puede hacer la mujer es es dejarse atrapar por el miedo a quedarse sola.
Vamos por partes:
- Se suele confundir “ausencia de pareja” con “soledad”.
- Dificultad para estar solas y/o superar rupturas.
- Idea de no gustar a nadie más.
- Ah, y cómo olvidarnos de los famosos mitos: “Se ama una sola vez en la vida”, “mi media naranja”, “mi otra mitad”, “mi alma gemela”, “mi príncipe azul”…
- No aceptar de que es natural sufrir cuando una relación acaba, y que ese sufrimiento pasa.
- Y por último y lo peor para no quedarse solas: Eludir la confrontación, el disgusto, el enojo, en aras de “ESTAR BIEN” y no molestar o alejar al hombre que tienes al lado.
Yo creo que el enamoramiento inicial nos lleva a pasar de largo señales de alerta que se dan desde el principio en una relación. “Por amor nos cegamos” (el amor no es ciego, el amor tiene los ojos BIEN abiertos y brillantes). Y por lo tanto, como se nos dio por volvernos cortas de vista aunque nos lo hayan advertido, no vemos bien de cerca a ese hombre en el cual estamos depositando nuestra CONFIANZA, y lo peor: nuestra AUTOESTIMA.
Todas estas cosas que “no vemos”, tarde o temprano con el pasar del tiempo, corroen una relación… Y por el lamentable temor a quedarse sola, una mujer corre el peligro de convertirse en “algo”, sin estima ni seguridad, y lo único que tendrá será una vida, un hogar, una convivencia triste y perjudicial tanto para ella como para las personas que la aman.
Un punto muy importante: Cuando una empieza a ver y de pronto están ahí todos los problemas frente a una, ya no hay ni autoestima, ni respeto, menos AMOR, es mucho más difícil pero no imposible aceptar la posibilidad de quedarse sola y a cargo de su vida. Y eso nos vuelve vulnerables, temerosas a enfrentarnos a la decisión que sería la mejor: Mejor solas que mal acompañadas.
Es una gran verdad, como natural es el miedo a quedarse solas. Pero ese miedo deja de ser natural cuando se convierte en una obsesión. ¿Por qué ese temor? ¿Por qué soportar una vida a medias? ¿Sólo por tener un hombre? ¿Por qué? ¿Por el qué dirán? ¿Tan poco nos valoramos? ¡Vamos! Vivir sola, seas soltera, viuda o divorciada, pero con tu dignidad intacta, con una saludable autoestima, trabajando y sacando tu vida adelante, ¿Qué más puedes pedir? Una felicitación, un abrazo… porque si esa es tu vida hoy, déjame decirte que eres muy valiente, y puedes dormir tranquila.
¿Dónde está el azúcar, el caramelo de estar solas…?
Aunque te suene trivial la frase, te cuento que no lo es: Estar soltera está de moda. No hay que temerle al estar solteras: ¡Hay tantas cosas por hacer en este mundo! Por supuesto que tener una pareja es hermoso, pero sólo si es capaz de acompañarte a cumplir las metas de ambos, a ser socios de vida, a tener como meta ganador-ganador, a volar en la misma dirección; mas no a interferir en tu vida como persona. No te mortifiques por tu soltería o tu “soledad”, ¡disfrútala!! Actuar a veces más con la razón que con el corazón nos ayudará (y mucho) a afrontar y disfrutar el “estar solas”. Las mujeres que están bien estando solas (sin apuros de encontrar un novio, un esposo o a decirle “sí” al primer hombre que se cruce en el camino), suelen ser mujeres muy exigentes, mujeres con muchas ganas de seducir, de triunfar y de enamorarse de la vida… sin ganas de tener líos, con una energía positiva infinita. Muchas veces se trata de mujeres que tienen mucho recorrido, desarrollo personal y una muy buena autoestima. Disfrutan del vivir solas, y no están dispuestas a sacrificar todo lo que se ganaron a pulso por alguien a quien no aman, y no temen esperar lo que saben muy bien ellas se merecen.
Amiga, ya sea que estés soltera por decisión propia (¡felicitaciones!), en un proceso de separación, o simple y sencillamente porque aún no llega a tu vida la persona idónea, no desesperes, ¡por favor! A veces esos apuros pueden llevarnos a cometer lamentables equivocaciones. Vivir sola, aunque sea sólo una temporada, siempre que sea una elección personal propia, te ayuda a crecer como persona, a vencer temores y a descubrir tus capacidades.
Muchas mujeres que pasan por la experiencia de vivir solas, tener toda su cama para ellas solas (¡qué delicia!), el control remoto, etc. lo piensan mucho antes de iniciar una relación de pareja y renunciar a los dulces frutos de la libertad.
Así que te invito a que le des un repaso a tu vida. Aprovecha esos momentos para conocerte màs a ti misma y recuerda que uno de los peores errores es formar una familia sin estar enamorados. ¡Arriba esos animos amas de casa, chicas de vente, cuarentonas que parecen de 30, abuelitas con alma de joven, mujeres dispuestas a ser novias de la vida, toma mi mano dale tu mano a otra mujer, y asi hagamos una cadena de mujeres altruistas, optimistas solidarias generosas y agradecidas. Si volviese a nacer volverìa a ser mujer....
Ever