EL EROTISMO PUEDE SEGUIR A LA MENOPAUSIA
La Organizacion Mundial de la Salud define el período climatérico como el tiempo que precede y acompaña a los síntomas que anuncian la desaparición de las menstruaciones. Es la fase de envejecimiento de la mujer que marca la transición entre la fase reproductiva y no reproductiva de la vida y se acompaña de síntomas vegetativos, metabólicos y psíquicos.
La mayoría de estas manifestaciones son subjetivas, varían en número e intensidad según las mujeres. Se estima que 20% tendrá un climaterio mudo o sin síntomas. Esta clínica obedece no sólo a la falta estrogénica sino al contexto sociocultural de cada paciente.
Existen cambios fisiológicos de la respuesta sexual propios del envejecimiento, como la necesidad de intensificar la estimulación sexual previa a la penetración, porque la irrigación sanguínea de los órganos blancos va a estar afectada por el endurecimiento arterial y debido a secuelas de enfermedades como la diabetes, hipertensión o aterosclerosis. La falta de la lubricación es referida por las mujeres en esta etapa, por eso sus parejas deben ser orientadas sobre los cambios fisiológicos y emocionales que puede presentar su compañera para que entiendan el proceso y se hagan partícipes activos en mantener una sexualidad satisfactoria.
Erotismo son todas aquellas situaciones y recursos que actúan de manera voluntaria e involuntaria favoreciendo la unidad Estímulo Sexual/ Respuesta Sexual y de lo cual se debe echar mano para que a través de la creatividad, la comunicación y el mantenimiento del romanticismo esa mujer se siga sintiendo sexualmente activa.
No podemos olvidar la utilización de fármacos que nos ayudan a mejorar esta situación como es la terapia hormonal sustitutiva, uso de lubricantes, o antidepresivos que deben ser indicados por un especialista.
Un 56,8 por ciento de las mujeres latinoamericanas entre 40 y 59 años padece disfunciones sexuales, según un estudio presentado en Chile.
Más de 8.000 damas de residentes en ciudades de 11 países latinoamericanos participaron en esta investigación.
La prevalencia de disfunciones sexuales en la región alcanza sus niveles más bajos entre las mujeres de la ciudad colombiana de Cartagena de Indias (21%), mientras que los peores niveles se registran en Quito (98,5%). La investigación revela que las disfunciones sexuales son más frecuentes en zonas con alta concentración de ciudadanos indígenas.
Entre los factores de riesgo destaca la falta de lubricación, el dolor en la relación sexual y la falla sexual de la pareja.
Resulta curioso además que de las mujeres que no han tenido sexo durante los últimos 12 meses, siete de cada 10 están casadas, mientras que el resto son separadas, viudas, viven con su pareja o permanecen solteras.
Las causas de inactividad sexual que más aducen estas mujeres son la falta de deseo, la impotencia del hombre o la carencia de pareja.
SALUDOS...ADRY