VIOLENCIA DOMESTICA
El 8 de marzo se celebra el día de la mujer, para conmemorar la lucha ellas por su participación, en pie de igualdad con el hombre en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona. Es fiesta nacional en algunos países, como aquí, y conmemorada por las Naciones Unidas. Quiero acercar esta celebración a todos los hogares, pues un solo día para celebrar es poco cuando los méritos son muchos. Lejos de ser feminista, pero sí muy mujer, pienso que la mejor manera de festejar es educando e informando.
Muchos se quedaron pasmados cuando vieron las fotos de la bella estrella del pop Rihanna después de la golpiza que le propinó su novio. Su rostro desfigurado con heridas en la frente y marcas de sangre en los labios partía el alma.
Otra víctima más de la violencia doméstica, también conocida como abuso conyugal, es decir lastimar a alguien, por lo general un cónyuge o una pareja, pero también puede ser un padre, un hijo u otro familiar. Este es un problema social muy serio y debe ser atendido como tal.
Afortunadamente hemos crecido dando protección a las mujeres y a los niños (los más vulnerables a la violencia).
Y son los golpes la causa más común de lesiones en las mujeres entre 15 y 44 años. Las víctimas pueden sufrir lesiones físicas, como hematomas o fracturas óseas. Además de sufrir emocionalmente de depresión, ansiedad o aislamiento social.
A nadie le gusta decir que su marido le pega, por eso es un delito que queda tras la puerta de la casa, y es difícil conocer con exactitud (en números) su incidencia, pues pocas veces la mujer denuncia. No existe una víctima típica. Ocurre entre personas de todas las edades, y aunque usted no lo crea, afecta todos los niveles de ingresos y de educación. Sí, no sólo pasa en los ranchos, bajo concreto y sobre mármol ocurre muchas veces.
Los hombres también pueden ser víctimas de violencia doméstica, pero el 85% de las veces quien lleva los golpes es la mujer. Por supuesto que afecta a toda la familia, porque genera riesgos para la salud de los niños en el hogar y de las víctimas adultas.
Nadie merece ser víctima de abusos. Ojala que la violencia nunca llegue a tocarnos y menos de personas cercanas, pues las heridas emocionales tardan mucho en sanar.
Finalizo la reflexión de hoy citando la Biblia, donde conseguí algunas pautas para llevar una vida familiar sana.
Colosenses 3:19 Esposos, amad a vuestras esposas y no os amarguéis contra ellas.
1 Pedro 3:7 Vosotros, maridos, de la misma manera, vivid con ellas con comprensión, dando honor a la mujer como a vaso más frágil y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no sean estorbadas.
Efesios 5:22-24 Las casadas estén sujetas a sus propios esposos como al Señor, porque el esposo es cabeza de la esposa, así como Cristo es cabeza de la Iglesia, y él mismo es salvador de su cuerpo. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, de igual manera las esposas lo estén a sus esposos en todo.
Siempre recuerdo a un conocido locutor que decía si mamá y papá son felices los hijos son felices. ¿Se imaginan cómo se sienten los hijos de los padres violentos?
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