LOS RECUERDOS
Ser atracado, agredido, abusado o ser víctima de un serio incidente grabará en nuestra memoria recuerdos difíciles de borrar. Otro tanto ocurrirá con los eventos vividos con la pareja o la familia, las peripecias del noviazgo, la boda y otros episodios como el nacimiento de los hijos y las relaciones con ellos.
Todos estos recuerdos nos cambiarán nuestra forma de ser, de pensar y de sentir y muy posiblemente tengan en nosotros consecuencias como un estrés postraumático, depresiones, estados de ansiedad o cambios de actitudes, reordenamiento del comportamiento procurándonos estados de tristeza o de felicidad, sea el caso.
No obstante lo anterior, cada día los seres humanos vivimos innumerables circunstancias que nunca recordaremos, se nos olvidarán nombres de personas que conocimos, situaciones pasajeras así como lugares y sucesos sin mayor impacto en nosotros. Esto se debe a que las nuevas informaciones se almacenan primero en nuestra memoria de corto plazo, la cual en el tiempo dejaremos de lado. Los recuerdos perecederos tendrán que fijarse en la memoria de largo plazo y esto dependerá de la carga emocional del hecho experimentado. Recordaremos en el tiempo lo que nos impresione emocionalmente. Diferentes autores explican que distintas hormonas como la adrenalina y otros corticoides que producimos internamente ante situaciones de peligro, o la feniletilamina y dopaminas que corren en nuestro organismo cuando estamos enamorados y cuando nos sentimos complacidos, funcionan como "tintas indelebles" para "escribir" en nuestro cerebro lo sucedido. A mayor emoción sintamos ante una escena, más impacto y detallado será el recuerdo. Un accidente, un divorcio o la muerte de un ser querido son difíciles de marginar o desvanecer. Es arduo memorizar materias cuando estudiamos salvo que nos agrade y emocione lo que aprendemos. En el momento que tratamos de recordar lo que estudiamos en bachillerato en una asignatura que no nos movía sentimentalmente, tenemos que hacer un esfuerzo porque nuestro cerebro colocó la información hasta que presentamos el examen, pero faltó la emoción para grabarlo definitivamente en la memoria de largo plazo.
Otros problemas los ocasionan los falsos recuerdos. Algunas personas pueden confundir lo soñado o lo imaginado con la realidad. El cerebro no es muy eficaz para detectar una eventualidad real de una imaginada intensamente por alguien, y la persona puede generar "recuerdos" de esta experiencia como los secuestros extraterrestres, o de "regresiones" inducidas por visualizaciones usando la imaginación.
"Los recuerdos nos cambiarán nuestra forma de ser, de pensar y de sentir y tendrán en nosotros consecuencias"
Ser atracado, agredido, abusado o ser víctima de un serio incidente grabará en nuestra memoria recuerdos difíciles de borrar. Otro tanto ocurrirá con los eventos vividos con la pareja o la familia, las peripecias del noviazgo, la boda y otros episodios como el nacimiento de los hijos y las relaciones con ellos.
Todos estos recuerdos nos cambiarán nuestra forma de ser, de pensar y de sentir y muy posiblemente tengan en nosotros consecuencias como un estrés postraumático, depresiones, estados de ansiedad o cambios de actitudes, reordenamiento del comportamiento procurándonos estados de tristeza o de felicidad, sea el caso.
No obstante lo anterior, cada día los seres humanos vivimos innumerables circunstancias que nunca recordaremos, se nos olvidarán nombres de personas que conocimos, situaciones pasajeras así como lugares y sucesos sin mayor impacto en nosotros. Esto se debe a que las nuevas informaciones se almacenan primero en nuestra memoria de corto plazo, la cual en el tiempo dejaremos de lado. Los recuerdos perecederos tendrán que fijarse en la memoria de largo plazo y esto dependerá de la carga emocional del hecho experimentado. Recordaremos en el tiempo lo que nos impresione emocionalmente. Diferentes autores explican que distintas hormonas como la adrenalina y otros corticoides que producimos internamente ante situaciones de peligro, o la feniletilamina y dopaminas que corren en nuestro organismo cuando estamos enamorados y cuando nos sentimos complacidos, funcionan como "tintas indelebles" para "escribir" en nuestro cerebro lo sucedido. A mayor emoción sintamos ante una escena, más impacto y detallado será el recuerdo. Un accidente, un divorcio o la muerte de un ser querido son difíciles de marginar o desvanecer. Es arduo memorizar materias cuando estudiamos salvo que nos agrade y emocione lo que aprendemos. En el momento que tratamos de recordar lo que estudiamos en bachillerato en una asignatura que no nos movía sentimentalmente, tenemos que hacer un esfuerzo porque nuestro cerebro colocó la información hasta que presentamos el examen, pero faltó la emoción para grabarlo definitivamente en la memoria de largo plazo.
Otros problemas los ocasionan los falsos recuerdos. Algunas personas pueden confundir lo soñado o lo imaginado con la realidad. El cerebro no es muy eficaz para detectar una eventualidad real de una imaginada intensamente por alguien, y la persona puede generar "recuerdos" de esta experiencia como los secuestros extraterrestres, o de "regresiones" inducidas por visualizaciones usando la imaginación.
"Los recuerdos nos cambiarán nuestra forma de ser, de pensar y de sentir y tendrán en nosotros consecuencias"
SALUDOS…ADRY