OBSESION POR LOS SENOS GRANDES
La obsesión por los senos grandes ha ido en aumento. Las "lolas" fueron en Europa y luego en América parte de la cultura sexual, aunque distintas religiones insistieran en el carácter materno del amamantar y declararan pecaminoso usar las mamas para otra cosa.
Hasta el día de hoy las mujeres que toman los hábitos religiosos usan fajas para disimular el tamaño de sus lolas. Desde tiempos remotos los hombres buscaron a las mujeres voluptuosas por considerarlas más fértiles, a la par que sensuales. Además, no se puede hablar de sexualidad sin tomar en cuenta que las lolas forman parte de lo erótico. Para muchos el escote es la puerta de entrada del apetito sexual. Sigmund Freud señalaba que el mamar del bebé no era un acto de sustento sino el punto de partida de la vida sexual.
Pero una cosa era la normalidad de incorporar las lolas en el ambiente sexual y otra, centrar en el tamaño de las mamas la realización personal.
Una exagerada insistencia en las tetas gigantes a través de íconos del cine, de la publicidad y de la moda ha provocado que muchas féminas deseen agrandarse sus lolas para sentirse bien, innecesariamente. El psicólogo clínico Forrest Scogin expresa que la sociedad ha generado una especie de psicosis colectiva, en donde las personas luchan día a día por parecerse más a los patrones estándares sociales.
Más allá de la importancia que puede representar para los seres humanos la apariencia física, se encuentra el bienestar interior de las personas. En la medida en que nos sentimos cómodos, realizados y en armonía con nuestro físico emanaremos una belleza tal que nadie podrá opacarla. La belleza física depende exclusivamente de percepciones que hacen las personas en relación a sí mismas.
No obstante, estudios están demostrando que aumentarse el volumen en los pechos de las mujeres mediante implantes ha elevado la autoestima de las mujeres operadas y mejorado considerablemente el disfrute de su sexualidad. Usando escalas de autoestima e índices de función sexual se demostró que la autovaloración subió significativamente, al igual que el desempeño sexual. El deseo y la excitación aumentaron en casi 80% y la satisfacción sexual en 57%, por lo que en ocasiones los profesionales de la conducta deben considerar la opción del implante para resolver estos casos.
No resulta sano que nuestro estado de ánimo dependa exclusivamente de nuestra apariencia. Nuestra imagen externa es valiosa, pero internamente debe existir algo más que lo que se ve a primera vista.
"Aumentarse el volumen en los senos ha elevado la autoestima de las mujeres y mejorado el disfrute de su sexualidad"
BUENO CADA CUAL ES LIBRE, PERO NO ESTOY DE ACUERDO CON ESTA OBSECION QUE HA SACADO LIBROS, TELENOVELAS ETC. SOBRE ESTA FANATICADA.
SALUDOS…ADRY