EL AUTISMO.
El autismo es un trastorno que ha sido muy estudiado a lo largo del tiempo, debido a la complejidad y heterogeneidad de sus síntomas y también por la gran cantidad de mitos asociados a él.
El autismo no es fácil de llevar para quienes lo padecen, sin embargo, tampoco lo es para aquellos que conforman su entorno cercano, en especial para sus hermanos(as). Es por esto, que tanto en el trabajo clínico como en el ámbito de la investigación, es importante no sólo ocuparnos de quienes sufren de autismo, sino que también de quienes los rodean e indirectamente sufren repercusiones.
Considerando lo anterior, es que decidimos realizar una investigación con jóvenes hermanos(as) de personas autistas para conocer sus principales vivencias, temores, fantasías, sueños y proyectos. De este estudio surgieron resultados sumamente interesantes, que por medio de este artículo quisiéramos compartir con todo aquel que se sienta vinculado al mundo del autismo.
Algunos conflictos posibles de apreciar en hermanos(as) de autistas, refieren a dificultades para expresar emociones verbalmente y una tendencia a postergar la satisfacción de sus necesidades, en pro de atender al hermano autista o de no dar más problemas a sus padres.
Otro ámbito generalmente afectado se asocia al establecimiento de relaciones sociales duraderas con los pares, en especial, en el caso de aquellos hermanos(as) que son menores que la persona autista.
A pesar de lo beneficioso que resultaría para ellos establecer vínculos extra familiares que les permitieran contar con otras redes de apoyo, lo que ocurre generalmente es que se les hace difícil mantener amistades duraderas. Esto debido a una tendencia a establecer relaciones dependientes e intensas que, por lo general, resultan demasiado exigentes y demandantes para los pares y, por tanto, difíciles de satisfacer.
Para los hermanos(as) menores las relaciones sociales son un tema más conflictivo, quizás debido a que es una persona autista quien en la infancia fue modelo en cuanto a la socialización. Son los hermanos con quienes se construyen las pautas de interacción social básicas desde la niñez, por tanto, es posible que las dificultades que encuentran los hermanos(as) de autistas al interactuar con sus pares, se relacionen con haber tenido desde el nacimiento una figura de referencia con severas dificultades para interactuar normalmente con otros. Así, no sería mera coincidencia que en los hermanos(as) de autistas se evidencie también, aunque en menor medida, importantes dificultades en las relaciones sociales.
Los hermanos(as) pueden sufrir variadas dificultades derivadas de la convivencia diaria con una persona autista y del estrés familiar que se genera al sobrellevar las demandas propias de los cuidados y atenciones que estos requieren. Por ellos, resulta esencial que estos conflictos no sean pasados por alto, ni mucho menos sean invisibilidades u opacados. Al contrario, es relevante prestar atención a las necesidades y dificultades de los hermanos(as), especialmente cuando recién conocen el diagnóstico de autismo y cuando comienzan a percatarse de las limitaciones y conductas anormales de su hermano autista.
Brindar apoyo psicológico a los hermanos(as) de personas autistas, así como a toda su familia, puede ser de gran ayuda tanto para sobrellevar y elaborar sus dificultades como también para descubrir todo lo positivo y especial de un hermano autista.
SALUDOS…ADRY