MEDICINA KAMBO INDIGENA AMAZONICA
La Medicina Kambô (o Sapo) toma su nombre de una rana venenosa (Phylomedusa Bicolor) que segrega una sustancia que no solo funciona como poderoso energizante, también tiene propiedades curativas en contacto con el organismo humano, un raro proceso que la ciencia denomina como una reacción inframedio simpática, con estimulación del sistema nervioso simpático seguida de estimulación completa del sistema nervioso parasimpático, proceso este que tarda unos 5 minutos donde el organismo queda totalmente limpio.
El ancestral secreto de la recolección del veneno, así como la correcta aplicación del mismo pertenecen desde siempre a la tribu NOKE KOI (gente verdadera y amigable) aunque también se los conoce como tribu Katukina, oriundos de la selva del Amazonas de Brasil, esta tribu sufrió fuertes exterminios en sus guerras con españoles y peruanos, en la actualidad sobreviven unos 600 miembros quienes conservan intactas sus culturas, tradiciones, lengua y medicinas.
Aplicación y Beneficios de la Medicina Kambô
En la aplicación del kambô no se utilizan agujas, se hacen puntos en la primera capa de la piel (dermis) con una brasa pequeñita de cipo para introducir el remedio del kambô en el organismo, este cipo contiene propiedades antiinflamatorias y no necesita cuidados especiales después de la aplicación, es de cicatrización rápida. El tratamiento puede ser en tres días consecutivos o en intervalos de 7, 15 o 28 días como máximo. En las mujeres los puntos son hechos en la pierna y en los hombres son hechos en el brazo o la barriga.
Aseguran que el tratamiento con el kambô obtiene buenos resultados en los siguientes casos: personas con baja inmunidad, dolores e inflamaciones en general, cansancio en las piernas, columna, tendinitis, dolor de cabeza, asma, bronquitis, rinitis, sinusitis, gripe, alergias, gastritis, ulceras, diabetes, desregulamiento del intestino, problemas de presión arterial, problemas circulatorios, retención de líquidos, colesterol, enfermedades del corazón, hepatitis, cirrosis, malaria aguda y post malaria, labirintite, epilepsia, TPM, irregularidad menstrual, infertilidad, impotencia, reducción del libido, depresión y sus consecuencias que son ansiedad, convulsiones, insomnio, irritación, inseguridad, nerviosismo, miedo, desequilibrios por causa del estrés, fatiga, sistema nervioso alterado, agotamiento físico, mental y emocional, dependencia química y dependencia del tabaco, entre otros.