LA TÉCNICA PARA SER FELIZ
Como es sabido, la felicidad es una sensación anhelada por todos; también se parece mucho a la sensación del bienestar. Ambas son indicadores que señalan el equilibrio perseguido de todo ser vivo.
Para nosotros, describir o delinear con exactitud la felicidad, resulta muy amplio y generalmente se asocia al máximo de las emociones, pero sostener esta sensación no es cosa fácil. Al menos la suma muchas sensaciones agradables o satisfacción por obtener lo deseado, asemeja mucho dicha sensación.
Los ascetas, que practican la modestia tal vez no persigan la felicidad propiamente dicha, como lo haríamos la mayoría de las personas, pero al menos hacen un verdadero esfuerzo para alcanzar el bienestar interior, que a fin de cuentas, se asemeja poderosamente a la felicidad.
Si estamos atravesando por una situación prolongada de preocupaciones que nos angustian, probablemente hayamos olvidado parcialmente cómo alcanzar la dicha; o al menos tal como la experimentábamos cuando éramos chicos.
La felicidad es una sensación, no son los objetos. La felicidad nos embriaga cuando hallamos alcanzado las metas trazadas y cuanto más altas, mayor es la sensación de gratificación. Pero felicidad también es la suma de gratificaciones obtenidos tras lograr pequeñas metas, sólo que por ser pequeñas no las consideramos valiosas.
El secreto de la felicidad es centrar nuestra atención en cada una de las metas trazadas y obtenidas en consecuencia. Valga mencionar: Despertar una fría mañana y desear tomar café caliente y aromático. Hay tantas posibilidades de que se dé lo anhelado como que no se dé. Es posible que la obtengamos rápidamente o talvez no lleguemos a colarlo en casa y salgamos a la calle y no alcancemos comprarlo (falta de tiempo, tienda cerrada, etc.). El hecho de lograr colar café en casa al instante nos resulta tan común que no nos percatamos de lo difícil que puede resultarle para otra persona (tal vez un escalador del Everest). Por tanto, la meta se diluye en nada y se pierde el reto a la pequeña felicidad.
La técnica de la Reprogramación nos ayuda a conocer mejor aquello que queremos. Valga recordar que saber qué se quiere de la vida realmente se vuelve un tema muy difícil dado que en estos tiempos modernos el poder de escoger libremente lo que se quiere se ve influenciado por las múltiples opciones que el medio ambiente nos ofrece. La sensación de confusión nos aleja de nuestro objetivo, perseguir la felicidad y el bienestar como condición natural en nosotros y todo ser vivo.
La técnica es muy sencilla, se trata de detectar la situación en la que estamos viviendo, hacernos conscientes cada vez más de lo que estamos haciendo y muy especialmente lo que no estamos haciendo: apreciando los destellos de felicidad.
Quién nos asegura que ser bailarina de primera es la felicidad para toda mujer. Puede serlo únicamente para el que lo aprecie de tal manera. Recordemos que no hay nada escrito como regla establecida. Tal vez para una chica el ser bailarina lo es todo, pero para otra es ser matemático y para otra, lo será ser únicamente esposa. Cada una de ellas ha escogido su preferencia y cada actividad conlleva sus complicaciones junto a sus beneficios. Nada escapa a ese balance.
Hágase esta pregunta constantemente: ¿Estaría disfrutando este instante si mi vida estuviese atravesando por una situación distinta?
Por ejemplo: "Me doy cuenta que no disfruto actualmente de felicidad en mi vida. Paso la mirada a través de la habitación en que me encuentro y me pregunto: "¿Estaría sintiendo lo mismo en esta habitación si recibiera una llamada avisándome que gané la Gran Lotería (o lo que representaría para usted la felicidad en este momento)?"
Si su respuesta es: "evidentemente que no", entonces no estamos ayudando en que la felicidad nos encuentre.
Recuerde: la felicidad es una sensación. La sensación que surge en consecuencia a lo que hallamos establecido o tipificado como un detonante. Entonces, quién asegura que no puedo considerar como detonante tomar un vaso de agua helada, o una taza de café aromático, recibir la llamada de mi madre (que lo hace todos los días)?
Reprográmese, baje las expectativas de felicidad hasta pequeños detalles. Al acostumbrarse a disfrutar seguidamente la sensación de felicidad, cada vez vendrán más y más circunstancias para celebrar la sensación. El cúmulo de sensaciones felices, resumen una vida feliz. Una persona que se halle bajo el influjo de una vida feliz, no tiene excusas para no serlo, se volverá exitosa y no hará más que atraer lo mismo a su vida.
El otro beneficio de conllevar una vida de felicidades es la continua bendición en todos los ámbitos; mejorará su salud, sus relaciones, se volverá más tolerante con los inconvenientes que antiguamente le atormentaba y finalmente verá como poco a poco van desapareciendo de su entorno. Incluso, las personas que nos atornillaban a sensaciones pesimistas se verán alejadas (bien porque no soportan el bienestar o contagiadas de felicidad). Se gana por donde se le mire.
Adelante. Practique percibir la felicidad en cada detalle de su vida. Hágalo como si fuese un deporte, cuanto más lo ejercita más de fortalece.