TU VERDADERA NATURALEZA
"Había una vez una oruga que vivía en un bosque. Cada día la oruga iba mordisqueando las hojas que encontraba en su camino, sin preocuparse por nada más. Pero un día se dio cuenta de que había algo lleno de colores volando por encima del árbol. Se quedó deslumbrada con los tonos naranjas y azules luminosos que captaban la luz del sol, y cuando esta criatura brillante voló cerca de la oruga, pudo ver que era una hermosa mariposa.
La mariposa parecía flotar en el aire, rozando la rama en la que estaba sentada la oruga.
-'¡Oh, mariposa, qué hermosa eres y con qué suavidad vuelas. Por favor, enséñame a volar como tú'.
La mariposa se acercó y le sonrió a la oruga:
-'Sé paciente, pequeña criatura, que algún día, con un poco de paciencia y constancia vas a ser más bella que yo'.
Pero la oruga era impaciente y cuando la mariposa volvió a aparecer al día siguiente, aún más luminosa que antes, volando alrededor de las ramas del árbol, la oruga volvió a decirle:
-'Por favor, mariposa, enséñame a volar, no quiero esperar, quiero volar ahora igual que tú'.
La mariposa le susurró al oído:
-'Te repito, todavía no estás preparada, sé paciente y seguro que algún día lo lograrás'.
La pequeña oruga estaba tan frustrada que decidió sacarse la idea de la cabeza de una vez por todas y olvidó su deseo de volar.
Entonces, un día sucedió algo extraño. Parecía como si el mundo hubiese empezado a dar vueltas, un momento en una dirección y al instante siguiente en la otra. A la oruga empezó a dolerle todo el cuerpo, y se sintió muy enferma. Parecía como si todo se hubiera desdibujado y vuelto distante. Cerró los ojos, pensando que estaba muriéndose, hasta que se quedó completamente dormida.
Después de un tiempo, despertó en medio de un gran sopor, se sintió más ligera y libre, todo parecía un lindo sueño, sentía que flotaba… que se movía a su antojo por el aire. Y al abrir los ojos completamente, se dio cuenta de que volaba de verdad, estaba por encima de la copa de un gigantesco árbol. Presa de pánico y sin saber qué hacer, se posó en la primera rama que encontró.
A lo lejos, allá abajo, pudo escuchar un ligero murmullo. Era un pequeño grupo de personas que la señalaban y decían llenas de admiración:
-'Miren qué hermosa mariposa azul esta allí posada en lo alto de esa rama'.
Sólo entonces se dio cuenta de que le había llegado el momento y ahora se había convertido en una bella mariposa".
Todos tenemos la capacidad y la responsabilidad de transformar nuestra manera de ser, para reflejar nuestra verdadera naturaleza. Dejemos de esperar a que alguien nos ayude a superar nuestras limitaciones y asumamos las riendas de nuestra vida para lograrlo.