ALERGIA A LOS ACAROS DEL POLVO
¿Qué es la alergia a los ácaros del polvo?
Es una reacción de hipersensibilidad a las proteínas presentes en la excreción de los ácaros contenidos en el polvo. La proteína penetra en el árbol aéreo por inhalación, ocasionando rinoconjuntivitis y asma.
La sensibilización a los ácaros del polvo puede agravar enfermedades de carácter alérgico, como la dermatitis atópica, en las personas que tienen predisposición a padecerla.
Los ácaros del polvo se encuentran en todos los hogares. Son organismos microscópicos que se multiplican con suma facilidad en las casas cálidas y húmedas, y en lugares donde encuentran su más preciado alimento: las escamas cutáneas de los humanos; de ahí que uno de sus principales hábitats sean los colchones, cojines y almohadas.
Como pasamos una tercera parte del día en la cama, es esta una fuente importante de contacto con este tipo de alergenos, los cuales inhalamos en grandes cantidades.
¿Cómo se desarrolla la alergia a los ácaros del polvo?
La excreción de los ácaros contiene diversas sustancias proteicas, conocidas como antígenos. Cuando se inhalan, el organismo inicia la síntesis de anticuerpos. Estos anticuerpos, al unirse con los antígenos, son el detonante de la reacción alérgica, provocando inflamación e irritación de las vías respiratorias superiores e inferiores, dando lugar a los síntomas típicos: la rinoconjuntivitis y el asma.
A diferencia del polen, los ácaros del polvo están presentes todo el año y pueden causar patología alérgica perenne.
¿Cuáles son los síntomas de la alergia a los ácaros del polvo?
Rinoconjuntivitis
Moqueo
Picor nasal
Estornudos
Taponamiento y sangrado nasal
Picor de ojos
Lagrimeo
Ojos rojos
Aumento de la producción de legañas
Asma
Dificultad respiratoria
Tos seca irritativa
Opresión torácica
Respiración silbante
El eczema atópico infantil puede empeorar.
¿Qué factores empeoran los síntomas?
La contaminación del aire, como el humo del tabaco o los escapes de los coches
Epitelio de animales domésticos
Irritantes de las vías respiratorias
Aire frío
Infecciones respiratorias.
¿Cómo llegar al diagnóstico médico?
El interrogatorio médico, con frecuencia, es suficientemente orientativo. Para establecer un diagnóstico de certeza se realizan las pruebas cutáneas y diversos análisis de sangre y de provocación bronquial, en caso de estar indicados.
Consejos de prevención
Lo mejor es hacer todo lo posible para evitar la sensibilización a los ácaros del polvo, y la exposición a los mismos si ya se está sensibilizado.
Se debe intentar adaptar la vivienda:
Tener pocos muebles y mantenerlos siempre limpios.
Limpiar paredes, objetos de madera y suelos con paños húmedos.
No usar alfombras.
Usar ropa de cama que se pueda lavar con frecuencia, sábanas de algodón, fundas anti-ácaros lavables para colchones, y mantas o edredones sintéticos. No utilizar mantas de lana ni edredones nórdicos.
Asegurarse de que las sillas estén hechas de madera o plástico.
Si puede, utilice persianas de plástico en lugar de cortinas, y quíteles el polvo a diario.
Usar paños húmedos.
Usar una aspiradora sin bolsa y con filtro de alergenos para limpiar a fondo la casa, preferiblemente a diario, pero al menos dos veces a la semana.
Evitar los objetos que retengan polvo como osos de peluche, cojines, flores secas y juguetes.
Lavar la ropa de cama a una temperatura de al menos 60º centígrados para matar los ácaros del polvo.
Ventilar la ropa de cama, edredones, almohadas y colchones durante una hora todos los días.
Poner los edredones y almohadas en bolsas de plástico y meterlos en el congelador durante 24 horas al menos una vez al mes.
Si es posible, use un colchón barato y cámbielo por uno nuevo al menos una vez cada seis meses.
Ambientes con aire seco y frío son hostiles para los ácaros, así que intente airear la casa todos los días y no utilice un humidificador de aire ya que favorece su crecimiento.
No rocíe la casa con espray, pueden empeorar los síntomas al favorecer la multiplicación de los ácaros.
No toque objetos con demasiado polvo como libros almacenados y ropa vieja.
Cuando vaya a exponerse a ambientes cargados de polvo debe llevar una máscara, por ejemplo cuando está limpiando la casa.
No permita que se fume en su hogar.
Complicaciones
Está predispuesto a otras enfermedades respiratorias (rinitis, rinosinusitis, asma crónico severo...).
Otitis o inflamación del oído.
Puede padecer trastornos del sueño y fatiga crónica motivados por la dificultad respiratoria durante la noche.
Hospitalización por una crisis de asma grave.
Prevención
Si tiene alergia a los ácaros del polvo es importante que evite constantemente la exposición al alérgeno, ya que aumentan las posibilidades de que desarrolle asma.
Si la alergia a los ácaros del polvo es la única forma grave de alergia que padece, puede estar indicado la terapia de hipo sensibilización mediante una vacuna contra el alérgeno.
Este tratamiento de tolerancia consiste en administrar inyecciones subcutáneas periódicas de alergenos responsables, en dosis progresivamente crecientes durante un periodo que oscila entre dos y cinco años. No se administra vacunación de forma rutinaria y debe de existir una indicación valorada por un especialista en alergología. Conviene saber que no siempre tiene éxito.
¿Cuál es el tratamiento elegido?
En caso de rinitis alérgica perenne:
Antiinflamatorios tópicos: bien sean corticosteroides o cromonas, prescritos por un alergólogo.
Antihistamínicos tópicos u orales con el fin de ayudar a los anteriores a mitigar los síntomas. Únicamente representan un tratamiento sintomático. Lo mismo para la conjuntivitis alérgica, pero en forma de colirios.
El tratamiento hiposensibilizante a los alergenos consiste en inyectar pequeñas cantidades del alérgeno implicado, diluido y estandarizado biológicamente. Este tratamiento puede prolongarse varios años.
Cuando se detectan síntomas de asma es posible utilizar parte de la siguiente medicación:
Bronco dilatadores de las vías respiratorias asociados a antiinflamatorios inhalados, ya sean corticosteroides o cromonas o antileukotrienos.
En crisis graves, conviene la atención en un centro cualificado con bronco dilatadores, antiinflamatorios esteroideos y oxigenoterapia si es precisa.
El asma persistente moderado o severo: debe de requerir un tratamiento continuado con bronco dilatadores de larga duración asociados a antiinflamatorios en tratamiento único o en combinación.
No se ha demostrado científicamente que otro tipo de fármacos (descongestionantes, expectorantes, aerosoles vaporizados...) tengan ninguna eficacia en el tratamiento del asma, ni aporten efectos terapéuticos beneficiosos.
|