Original de
Francisco Alvarez Hidalgo
"El aquelarre", Francisco de Goya
Fría es la noche, y el temor es frío, cruje bajo los pies rígida escarcha, y es la sangre en las venas como un río que bajo el hielo lentamente marcha
Del poema "Espectros". 1999
Aquelarre
Venid junto al fuego, profetas del miedo, la tarde se apaga, la noche se enciende, y el aire, en silencio de sombras, extiende glaciales temblores rizando la piel.
Venid junto al fuego en orgía siniestra; ya el ángel maligno destrenza la llama y en lúbrica danza se ofrece, y reclama que todos le acaten y dancen con él.
Doce campanadas en reloj lejano, es tiempo de brujas, hora de hechiceros, súcubos y enanos, trasgos y agoreros, poblando los sueños de angustia y sudor.
Vosotros, forrados de piel acolchada, de la luz radiante ruines fugitivos, por el día muertos, por la noche vivos, sois los emisarios negros del terror.
Enlazad los brazos en círculo móvil, despojad el cuerpo de las vestiduras, saltad sobre el mármol de las sepulturas en báquica danza, mórbida embriaguez.
Y al pie de la hoguera, pálida, aterrada, inmóvil y muda yace la doncella, a quien nunca un hombre marcó con su huella; virgen temblorosa, blanca desnudez.
Profetas del miedo, dueños de la noche, súbditos serviles del macho cabrío, padres taciturnos del escalofrío, los rostros cubiertos de burdo capuz.
Danzad, que las llamas pierden estatura, las sombras furtivas lentas se repliegan, y en el horizonte retozones juegan los primeros rayos de la nueva luz.
Los Angeles, 8 de septiembre de 2000
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"El aquelarre", Francisco de Goya
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