Haz que tu vida sea campana que repique o surco en que florezca y fructifique el árbol luminoso de la idea. Alza tu voz sobre la voz sin nombre de todos los demás, y haz que se vea junto al poeta, el hombre. . Llena todo tu espíritu de lumbre; busca el empinamiento de la cumbre, y si el sostén nudoso de tu baculo encuentra algún obstáculo a tu intento, ¡sacude el ala del atrevimiento ante el atrevimiento del obstáculo!
Nicolás Guillén
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