La necesidad de comunicación del ser humano lo ha llevado a través del tiempo a desarrollar diversas formas, sobre todo cuando hablamos de largas distancias. Pinturas y tallados en piedra, señales de humo, reflejos de espejos, periódicos, teléfonos, radio, televisión y ahora las computadoras han sido algunos medios utilizados, pero ninguno ha logrado desplazar totalmente al sistema de correos.
Numerosas civilizaciones inventaron sus sistemas de correo y utilizaron fuertes corredores que en escalas, retenes o postas, llevaban los mensajes, de ellos surgió la palabra "correo", que quiere decir "el que corre".
Y así, "el que corre" o sea el cartero, hoy celebra su día, porque ese incansable servidor público que nunca falla sin importar la lejanía, lo difícil del terreno o las condiciones del tiempo merece ser festejado.
El día del cartero y del empleado postal fue establecido en 1931, como un reconocimiento a la obra social que realizan, al llevar a todos los ciudadanos los mensajes, las buenas y a veces las no tan buenas noticias.
Los carteros no se detienen, con paso firme, con rapidez, en todos los caminos, en todas ciudades y poblados llegan con su inigualable silbato o en silencio colocan en el buzón miles de cartas todos los días.
Pero ¿sabías que los carteros existen en México desde antes de la llegada de los españoles? Utilizaban el servicio de postas que era realizado por fuertes, rápidos y valerosos corredores de enormes distancias, que llevaban noticias de un tlatoani o rey a otro.
El sistema de los aztecas fue verdaderamente eficiente. En los caminos reales fueron colocadas unas torrecitas cada 10 km. de distancia para hacer relevos, así los mensajes y la "paquetería" que podían ser alimentos, joyas, telas y otros objetos, llegaban con mayor rapidez, tanto, que a Moctezuma le llegaba pescado fresco diariamente desde la costa de Veracruz.
Durante la época de la colonia, los carteros eran llamados paunanis o corredores ligeros, en ocasiones utilizaban caballos, pero su labor nunca fue fácil, porque se exponían a muchos asaltos.
Entre 1579 y 1580, el Rey Felipe II, otorgó el derecho para ejercer el correo mayor en la Nueva España que fue establecido en Yucatán y las primeras oficinas formales de correos se fundaron en Veracruz, Puebla, Oaxaca, Guerrero y Guanajuato. Después se añadió el servicio de estafetas o correo especial y diplomático y surgieron oficinas postales en Aguascalientes, Celaya, Irapuato y otras poblaciones.
En 1813, se estableció un correo mensual para las provincias y en 1824 el manejo de la renta de correos fue concedido a la Secretaría de Hacienda.
Así, poco a poco se estableció de manera formal el servicio, hasta que el uso de estampillas marcó la era del correo moderno. La primera estampilla postal mexicana tenía la efigie de Miguel Hidalgo y Costilla.
Durante el Imperio de Maximiliano, se estableció el servicio postal urbano, se colocaron buzones y se empezaron a usar sobres y a utilizar impresos, folletos y giros.
En 1910, Porfirio Díaz encargó la construcción del edificio de correos o palacio postal, que aún existe en el centro de la ciudad de México y que se encarga de la organización de la correspondencia.
Aunque con el ferrocarril se agilizó el reparto de la correspondencia y ahora existen sistemas de correo muy modernos, los carteros continúan realizando su labor, a pie, en bicicleta o en motocicleta y hacen llegar hasta cada hogar la correspondencia que todos esperamos.
El festejo del día del cartero fue promovido en reconocimiento a dos carteros que salvaron la correspondencia de un tren dinamitado por los revolucionarios y de otro que prefería mojarse al cubrir su correspondencia con su gorra y con su saco.
Así, el 12 de noviembre de 1931, los empleados postales fueron festejados por primera vez y en 1947, se imprimió un timbre dedicado al cartero, al que se bautizó como "héroe anónimo".