Desprendimiento de retina
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¿Qué es el desprendimiento de retina?
El desprendimiento de retina es una separación anormal entre dos de las dos capas que constituyen la retina: el epitelio pigmentario (capa externa de la retina) y la retina sensorial (capa interna de la retina), entre las que se interpone un líquido.
Si no se trata, el desprendimiento de retina lleva a la pérdida funcional total del ojo (ceguera).
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El desprendimiento de retina aparece como complicación de uno o varios desgarros de la retina periférica. Estos desgarros se deben a una tracción del cuerpo vítreo sobre una zona frágil, predispuesta, de la retina, y dejan penetrar el líquido intraocular entre las dos capas de la retina, separando la capa externa de la interna.
Si no se trata, el desprendimiento de retina, en principio localizado alrededor del desgarro, tiende a progresar hacia la retina posterior, determinando una disminución de la agudeza visual; y si la evolución continúa, el desprendimiento de retina será total.
De cualquier forma, toda zona de la retina desprendida pierde su funcionalidad, y entraña un defecto de percepción del campo visual.
¿Qué factores predisponen a un desprendimiento de retina?
Ciertas situaciones predisponen al desprendimiento de retina:
La miopía
La cirugía de cataratas
Los traumatismos oculares
Los antecedentes de desprendimiento de retina previo en el otro ojo
Los antecedentes familiares de desprendimiento de retina
Algunas enfermedades generales, como la diabetes o la arterioesclerosis (con menos frecuencia).
¿Cuáles son las causas de un desprendimiento de retina?
La causa más frecuente de un desprendimiento de retina es un desgarro retiniano espontáneo, secundario a un despegamiento posterior del vítreo.
En otros casos, el desprendimiento de retina está causado por otros procesos del ojo como tumores, inflamaciones graves, o complicaciones de la diabetes.
¿Cuáles son los síntomas del desprendimiento de retina?
Los síntomas visuales sospechosos de un desprendimiento de retina suelen aparecer sucesivamente:
Impresión de moscas volantes (puntos negros que se mueven al mover el ojo) o percepción de un anillo, que traducen las modificaciones del vítreo.
Destellos luminosos. Es un síntoma de mayor importancia que el anterior. Traduce la existencia de tracciones sobre la retina y con frecuencia aparecen cuando ya se ha producido un desgarro.
Cuando ya existe un desprendimiento de retina el paciente puede percibir como una cortina negra que le cae por alguna zona del campo visual. Ante esto, la consulta con un oftalmólogo debe ser inmediata.
Si se daña la zona central de la retina (mácula) inicialmente puede aparecer una distorsión en las imágenes para posteriormente producirse una importante disminución de la agudeza visual.
Puede ocurrir que el desprendimiento de retina ocurra súbitamente, con pérdida brusca total de la visión del ojo afectado, debido al sangrado vítreo que puede producirse cuando la retina se desgarra.
¿Cómo diagnostica el oftalmólogo el desprendimiento de retina?
Se diagnostica habitualmente basándose en los síntomas y signos descritos y el examen de los ojos. El dato fundamental es un examen del fondo de ojo con un aparato llamado oftalmoscopio, que permite ver el desprendimiento y el o los desgarros retinianos responsables.
Todo paciente con desprendimiento de retina debe ser explorado de forma urgente por un oftalmólogo.
El oftalmólogo examinará además cuidadosamente el otro ojo, en busca de lesiones degenerativas de la retina que sea necesario tratar con láser, para prevenir en este otro ojo un nuevo desprendimiento de retina.
¿Cómo se trata el desprendimiento de retina?
No existe ningún colirio u otro tipo de tratamiento farmacológico que cure el desprendimiento de retina.
En una fase inicial, cuando se detecta un despegamiento posterior del vítreo, se examina la retina periférica, y se tratan precozmente las lesiones retinianas potencialmente peligrosas mediante fotocoagulación con láser de argón.
El tratamiento del desprendimiento de retina establecido es únicamente quirúrgico.
El tratamiento quirúrgico consiste en:
Recolocación de la retina despegada por vía externa o interna (vitrectomía).
Cierre del desgarro; puede ser llevado a cabo con diversas técnicas, entre las cuales las más usadas son el frío y el láser. Con cualquiera de estas técnicas lo que se busca es formar una cicatriz sólida alrededor del desgarro, para evitar que a su través siga pasando líquido que mantenga la retina desprendida.
Si las tracciones del vítreo sobre la retina son muy importantes deben ser eliminadas. Esto se realiza generalmente mediante una intervención quirúrgica denominada vitrectomía.
La elección del tipo de anestesia (local o general), así como el tiempo de hospitalización, vendrán determinados por el oftalmólogo, de acuerdo con el anestesista, y dependerán de la gravedad de la lesión y del estado general de cada paciente.
¿Cuál es la evolución postoperatoria habitual?
El tratamiento quirúrgico permite una recolocación anatómica de la retina en el 80% de los casos, si bien la recuperación visual depende en gran medida de cada caso en particular, del tipo de desprendimiento, el tiempo de evolución y las zonas de retina afectadas. El hecho de que la retina vuelva a estar aplicada en su sitio no significa que la recuperación visual sea completa en la mayoría de los casos. El porcentaje de fracasos del tratamiento es mayor en los desprendimientos antiguos, de desgarros múltiples y de gran tamaño, o repetitivos. En cualquier caso, la precocidad del diagnóstico y del tratamiento son fundamentales para la evolución favorable del proceso.
Los cuidados postoperatorios se reducen a la instilación de un colirio y una protección ocular transitoria. En determinadas ocasiones dependiendo del tipo de cirugía, es necesario mantener una determinada postura de la cabeza en el inmediato postoperatorio para facilitar la re aplicación de la retina. La actividad debe reducirse durante un periodo limitado, que será definido por el oftalmólogo.
¿Qué se puede hacer para evitar el desprendimiento de retina?
Se aconseja un tratamiento preventivo con láser cuando existen desgarros de la retina aún no complicados con desprendimiento. Asimismo, el tratamiento preventivo con láser puede ser útil para aquellos pacientes con lesiones degenerativas retinianas periféricas que puedan acabar en un desgarro.
La aparición súbita de moscas volantes o un aumento brusco de las ya existentes, así como la aparición de destellos luminosos deben ser consultados rápidamente con un oftalmólogo.
¿El desprendimiento de retina puede conducir a la ceguera?
Aproximadamente, un 40% de las personas tratadas con éxito de un desprendimiento de retina recuperan una excelente visión en los seis meses posteriores a la cirugía.
En algunos casos, puede ser necesaria una segunda intervención, y en determinados casos extremos, se puede llegar a la pérdida total de la visión del ojo operado.