¿Qué es el reflujo gastroesofágico?
El reflujo gastroesofágico es un trastorno en el que el esfínter esofágico inferior (anillo muscular situado en la zona inferior del esófago) está anormalmente relajado y permite que el contenido ácido del estómago refluya (ascienda) hasta el esófago. También puede producir ardor de estómago.
El reflujo gastroesofágico es una afección común. Es la causa más frecuente de dispepsia (trastorno digestivo) en España.
¿Qué es la esofagitis?
La esofagitis es la inflamación de la mucosa (revestimiento interior) del esófago. Está producida por episodios repetidos de reflujo gastroesofágico.
¿Cuáles son los síntomas de la esofagitis producida por reflujo gastroesofágico?
Sensación de dolor o quemazón (ardor de estómago) en la parte superior del abdomen o el pecho. A veces se extiende hacia la espalda.
El ácido puede refluir hasta la faringe (garganta) y la boca. Es agrio y quema.
Algunos pacientes tienen cierta dificultad respiratoria (tipo asma) y ronquera. Es debido a que el líquido refluido irrita las vías respiratorias y la laringe.
Son frecuentes los eructos repetidos.
¿Cuándo se produce el reflujo gastroesofágico?
Los síntomas aparecen habitualmente tras una comida copiosa, o con abundante grasa, y tras beber alcohol. Empeora con el tabaco.
Al acostarse, al inclinarse hacia delante, o agacharse, y al levantarse también puede aparecer reflujo.
Los síntomas de reflujo pueden no tener una causa aparente. La frecuencia con la que aparecen los síntomas es variable. No son frecuentes en la mayoría de las personas; otras veces, no es raro que tengan episodios diarios o semanales de reflujo.
¿Cómo afecta a la salud el reflujo gastroesofágico?
El reflujo gastroesofágico es una afección desagradable que puede deteriorar mucho la calidad de vida. Muchas personas así lo sienten debido a los síntomas que provoca esta enfermedad.
Una exposición prolongada del esófago al ácido produce esofagitis (inflamación del esófago).
En la esofagitis de larga duración puede formarse tejido cicatricial y complicarse con la aparición de una estenosis o estrechamiento de la zona afectada del esófago. Ello puede dificultar, e incluso imposibilitar, la deglución (tragar). Esta grave afección requiere un estudio y tratamiento urgentes. Afortunadamente, es una complicación relativamente poco frecuente.
El reflujo puede hacer que aparezcan úlceras en el esófago, que pueden sangrar, y ocasionar pérdidas de hierro que lleven a una anemia crónica por pérdidas de sangre.
¿Por qué el ácido delestómago sube hacia el esófago?
Este hecho se produce porque el esfínter esofágico (anillo muscular que hay en el extremo inferior del esófago, cerca del diafragma) es defectuoso. El esfínter está diseñado para evitar que el contenido del estómago refluya ya que funciona como una válvula de sentido único.
Si el esfínter no funciona adecuadamente, el ácido del estómago asciende hacia el esófago. Esta tendencia al reflujo aumenta cuando el estómago contiene jugos y comida abundantes, y cuando la presión sobre el estómago es mayor.
¿Qué situaciones pueden causar reflujo gastroesofágico?
En muchos casos, el reflujo no puede atribuirse a ninguna causa en concreto. En otras, los trastornos siguientes pueden contribuir al problema:
Hernia de hiato
La parte superior del estómago se abre paso a través del diafragma (músculo respiratorio principal que separa el corazón y los pulmones del estómago, el hígado y otras vísceras abdominales), provocando su hernia, lo que deja más abierto el orificio por el que el esófago va desde el tórax al abdomen e impide así que las fibras musculares del diafragma cierren bien el extremo inferior del esófago. Por tanto, el esófago permanece completamente abierto, permitiendo que el ácido del estómago se introduzca dentro de él, sobre todo cuando el estómago está en pleno proceso digestivo.
Sobrepeso
Si se tiene sobrepeso, el exceso de grasa de la cavidad abdominal aumenta la presión dentro del estómago con lo que su contenido asciende hacia el esófago. Por el contrario, la pérdida de peso reduce el reflujo ácido del estómago.
Embarazo
El útero, aumentado de tamaño durante el embarazo, comprime al estómago ejerciendo presión sobre él. Ello aumenta la tendencia al reflujo. Además, los cambios hormonales de la gestación determinan la relajación del esfínter esofágico.
Comidas
Cuanto más se distiende el estómago por la comida, mayor es la tendencia al reflujo. La tendencia aumenta también cuando se toman alimentos grasos puesto que la grasa retrasa el vaciamiento del estómago. Procure evitar las comidas abundantes, especialmente por la noche. Con ello se reduce la tendencia al reflujo.
Alimentos
El chocolate, la menta, el tomate frito, el café, los zumos de frutas y el alcohol impiden que el esfínter esofágico funcione adecuadamente.
Tabaco
El tabaco también impide que el esfínter esofágico funcione de forma correcta, reduce el ritmo de vaciamiento gástrico y aumenta la producción de ácido en el estómago.
Estreñimiento
Los pacientes de estreñimiento tienen mayor riesgo de reflujo, ya que el estreñimiento aumenta la presión dentro del estómago.
Al acostarse
La tendencia al reflujo aumenta cuando nos acostamos. Ello se debe simplemente a la fuerza de la gravedad. Una forma sencilla de evitarlo consiste en utilizar una almohada adicional o elevar la cabecera de la cama unos 10 cm, con bloques o colocando un par de ladrillos o tacos bajo las patas del lado de la cabecera.
¿Cómo se diagnostican los trastornos ocasionados por el reflujo gastroesofágico?
Los síntomas de reflujo gastroesofágico pueden ser tan evidentes que no sea necesario ningún estudio.
Si el médico tiene dudas o los síntomas son muy molestos, se realizará una gastroscopia. Durante la misma pueden confirmarse o descartarse la esofagitis, la hernia de hiato, la úlcera gastroduodenal y otras afecciones.
Otra prueba diagnóstica es la pH-metría, que mide la acidez en la zona inferior del esófago durante un período de 24 horas. Ello da una idea de la frecuencia y duración de los episodios de reflujo, pues lo normal es que la acidez del esófago sea distinta a la del estómago y sin embargo en los enfermos con reflujo, al hacerles esta prueba se suele encontrar una mayor acidez de la debida en el tramo inferior del esófago.
Por último, es posible medir las presiones dentro del esófago mediante una técnica llamada manometría esofágica. Habitualmente no se utiliza, salvo en caso de que haya complicaciones. Con ella se mide la presión de cierre inferior del esófago, que está disminuida en el caso del reflujo.
Los síntomas del reflujo gastroesofágico pueden simular los de una úlcera péptica, dolores de pecho, dolores musculares, problemas de espalda, estreñimiento, síndrome del intestino irritable, cálculos biliares, enfermedad pancreática, etc. Tales afecciones deben descartarse para poder hacer el diagnóstico de reflujo.
¿Qué se puede hacer para prevenir el reflujo gastroesofágico?
Los cambios en el estilo de vida que se refieren a continuación pueden reducir el riesgo de reflujo:
En caso de sobrepeso, intente perder peso.
Evite las comidas copiosas y con mucha grasa, así como los picoteos a la hora de acostarse. Espere un tiempo después de comer antes de acostarse.
Limite la toma de café y de otros posibles alimentos problemáticos.
Reduzca el consumo de alcohol.
Procure evitar aumentos de la presión en el abdomen, por el uso de fajas, etc.
Deje de fumar.
Si los síntomas no son frecuentes (es decir, menos de cinco veces al mes) pueden tratarse con antiácidos, medicamentos que se venden sin receta.
¿Cuándo debería consultar al médico?
Si el ardor de estómago es frecuente o los síntomas son muy desagradables, acuda al médico. Él evaluará si es necesario realizar algún estudio (una gastroscopia) y si precisa de un tratamiento más fuerte. Si tiene dificultad para tragar, acuda también al médico lo antes posible.
¿Cómo se tratan los síntomas del reflujo gastroesofágico?
Los síntomas ocasionados por el reflujo gastroesofágico se tratan principalmente con fármacos. En la mayoría de los casos, los antiácidos controlan satisfactoriamente dichos síntomas. Si los antiácidos solos no son suficiente se suele probar con otros medicamentos que reducen la secreción de ácido del estómago.
Habitualmente se comienza con los llamados antagonistas de la histamina. Si no dan resultado, se utilizan otro tipo de medicamentos llamados inhibidores de la bomba de protones. Éstos últimos son muy eficaces y pueden prevenir muchas de las complicaciones del reflujo gastroesofágico.
En algunos casos, en los que el tratamiento médico haya fracasado, el problema puede resolverse mediante un procedimiento quirúrgico llamado fundoplicatura, puede hacerse por laparoscopia, mediante la cuál se refuerza el esfínter esofágico debilitado.
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