Esta página se refiere a los niños y a la manera en que ellos pueden aprender a manejar su asma. Está dirigida a:
Padres con un hijo que ha sido diagnosticado de asma bronquial recientemente.
Padres que tienen a su cuidado un niño de 5 años, o más, que necesita utilizar inhaladores para el tratamiento de su asma.
Profesionales de la salud que trabajan con los padres y los niños, para mejorar el tratamiento cotidiano de la enfermedad.
Los niños y el aprendizaje
Para poder comprender cómo los niños pueden aprender a manejar su asma, se necesitan primero unas nociones acerca del proceso de aprendizaje y de la psicología de los niños.
Aprender no significa únicamente que se aumenta el conocimiento sobre una cosa. Ciertamente que la información es importante, pero aprender va más allá:
Mejora de las habilidades
Cambio en las actitudes, más exploradoras y desafiantes
Cambios o refuerzo de las creencias.
Todos estos aspectos pueden afectar el modo en que los niños (ayudados por sus padres) manejan su enfermedad.
Es importante recordar que los niños con asma son como los otros niños, y por lo tanto aprenden de la misma manera:
A través de la experiencia
A partir de lo que ven hacer a otras personas
A partir de lo que oyen decir a otras personas
Pero, debido a que son niños, es frecuente que tengan conceptos equivocados, por lo que a lo largo del tiempo suele ser necesario:
Animarles a que lo sigan intentando, hasta que lo hagan bien.
Proporcionarles confianza, en el sentido de que haya siempre alguien a su lado para solucionar los problemas que puedan aparecer.
Ensayar nuevas formas de aprendizaje, conforme van creciendo y cambiando.
Como la mayoría de nosotros, los niños aprenden mejor cuando son bien valorados y bastante peor si son acusados o castigados.
¿Cuál es el objetivo del manejo del asma para los niños en edad escolar?
El principal objetivo para estos niños es que sean capaces de llevar una vida normal. Esto significa estar lo mejor posible con la mínima cantidad de medicinas posibles. Las medicinas mas comúnmente usadas para el tratamiento del asma en estos niños son presentadas en inhaladores:
Inhaladores para el alivio rápido de los síntomas, por lo general bronco dilatadores de acción rápida
Inhaladores con medicamentos preventivos, para el control de la enfermedad, por lo general antiinflamatorios, que producen beneficios a largo plazo, reduciendo la necesidad de los inhaladores de alivio rápido.
¿Cuál es el objetivo de la educación para el control del asma en los niños en edad escolar?
El principal objetivo es conseguir que el niño sea capaz de manejar sus síntomas. Para ello, se debe:
Evitar los agentes y situaciones que desencadenan sus síntomas.
Utilizar los diferentes tipos de inhaladores siguiendo las instrucciones proporcionadas por su médico o enfermera.
Esto significa utilizar el inhalador para aliviar los síntomas cuando los tenga y adquirir el hábito de utilizar el inhalador preventivo de forma regular. Si lo pensamos, esto significa dos cosas diferentes que los niños deben aprender.
Aprender a través de la experiencia
El primer paso es enseñar al niño a que reconozca cuál de los inhaladores se utiliza para el alivio rápido y cuál contiene medicación preventiva, para el tratamiento de fondo.
Los inhaladores suelen tener un código de colores. Los inhaladores para el alivio rápido suelen ser azules y los que contienen medicación preventiva suelen ser marrones. Sin embargo, algunos azules parecen verdes y algunos marrones son más bien cremas o blancos. Si el niño no es capaz de distinguir bien los inhaladores, se puede utilizar un código propio de colores, o incluso colocar pegatinas en los inhaladores e identificarlos de forma que no se confunda.
Como los niños aprenden a través de sus experiencias, ellos reconocen rápidamente cual es el inhalador para el alivio rápido y cuándo éste funciona de forma adecuada. Si el inhalador no produce el efecto deseado, entonces el niño necesitará ayuda para mejorar su técnica. Aprender a coordinar su respiración y manejar un inhalador puede ser difícil para un niño que está apenas aprendiendo a manejar tenedor y cuchillo, a coger un lápiz o a montar en bicicleta. Si su hijo está en esta fase de la vida, no debe suponer que es capaz de hacer dos cosas a la vez. Un poco de paciencia y un poco de práctica suelen ser suficientes, pero si no se consigue, pida consejo a su médico o enfermera. Es muy posible que le recomienden una cámara espaciadora para ayudar al niño a usar su medicación.
De todas formas, incluso con la cámara espaciadora, hay niños que tienen problemas. Por tanto, si no funciona, comente con su médico o enfermera la posibilidad de utilizar otro tipo de inhalador. Hay muchos diferentes y unos son más fáciles de manejar que otros. En particular, si el problema es la coordinación o la falta de fuerza para activar el inhalador, debería ensayar los sistemas de polvo seco para inhalar.
Los mismos problemas de coordinación suelen aparecer con el inhalador preventivo. Dado que estos medicamentos se suelen utilizar en el domicilio (se suelen prescribir para ser usados cada 12-24 horas), habrá que intentar usar la cámara espaciadora. Sin embargo, conforme el niño se hace mayor, tanto usted como él buscarán más independencia, por lo que conseguir un inhalador que pueda usar con facilidad se convertirá en un objetivo importante.
Con el paso del tiempo, la experiencia hará que el niño reconozca que el inhalador preventivo está funcionando bien, pero a los niños les cuesta trabajo establecer relaciones causa-efecto a largo plazo (la causa se produce hoy y el efecto aparece 2-3 días más tarde). Puede ayudar a su hijo a establecer estas relaciones por medio de un diario de síntomas. La única manera para ambos de saber si el tratamiento preventivo es realmente eficaz, es mantener un registro diario de las veces que se despierta cada noche por la tos, o de las veces que se tiene que levantar por el mismo motivo. Un diario casero, utilizando símbolos de caras (en vez de letras o números) puede ser más divertido y fácil para el niño que aún no es capaz de leer y escribir con soltura. Por ejemplo:
Una boca hacia arriba, sonriente, puede significar "no tosí" o "dormí bien".
Una boca plana, puede significar "tosí poco" o "no dormí mal del todo".
Una boca hacia abajo, triste, puede significar "tosí mucho" o "no he dormido bien".
Es una buena idea tener este diario colgado de una pared de la habitación del niño o del baño, de forma que él pueda verlo con facilidad.
El principal problema con los inhaladores preventivos es conseguir que se conviertan en un hábito y el niño los utilice de forma regular. Hay algunos trucos que pueden ayudar, como puede ser el colocar el inhalador al lado del cepillo de dientes en el cuarto de baño. La limpieza de los dientes en sí misma es otra medida preventiva a largo plazo que precisa ser convertida en un hábito. La mayor parte de las familias han desarrollado sus propias estrategias para reforzar este hábito, como puede ser el acompañar a sus niños en el cuarto de baño para vigilar cómo se cepillan los dientes, o incluso cepillándose al mismo tiempo que ellos. De este modo, lo que funciona para los dientes puede funcionar para el uso de inhaladores preventivos.
Si el niño no es capaz de aprender a través de la experiencia, dado que los beneficios tardan en aparecer, las recompensas a corto plazo pueden ser un sustituto.
Utilización de premios
Una vez más, cada familia tiene sus propias estrategias a la hora de utilizar las recompensas. Algunos padres premian a sus hijos por acordarse de utilizar su inhalador, dándoles su fruta favorita, un dulce o una galleta (siempre antes de que se limpien los dientes). Otras utilizan los diarios colgados de la pared para llevar el registro del uso de los inhaladores, premiando a sus hijos después de una semana de uso regular; hay que tener cuidado de no ser demasiado exigente y permitir algún fallo, pues en caso contrario el niño puede no conseguir premio nunca. Lo más importante es que todos los miembros de la familia trabajen en reforzar el hábito.
Aprendiendo de lo que se dice y de lo que se hace
Lo último, aunque no menos importante, en la estrategia del aprendizaje es la comprensión. Al final, los niños necesitan entender la razón por la que toman la medicación y por qué estos inhaladores son diferentes de otras medicinas que ellos toman de vez en cuando. Lo primero de todo es que usted esté familiarizado con la información que va a darle. Es importante que haga énfasis en los síntomas del niño más que en la enfermedad asmática en general, de modo que lo que le comunique tenga relevancia con la experiencia del niño de vivir con asma.
Las estrategias para ayudar a su hijo a comprender su enfermedad y su tratamiento (la medicación, sobre todo), irán variando con la edad. Cuanto más pequeño es el niño, más sólidos y firmes deben ser los ejemplos. La mayoría de los niños de primaria encuentran difícil comprender qué es lo que hay dentro de sus cuerpos, y los dibujos y diagramas no siempre son de utilidad. Las analogías pueden ser útiles si son relevantes con la experiencia del niño, pero lo mejor es ser tan claro y directo como sea posible. Explicar que los pulmones son como balones puede no ayudar mucho, pues la experiencia les dice a los niños que los balones estallan. Intente, por ejemplo, explicarlo por medio de la idea de que hay tubos de diferente tamaño, que permiten el paso del aire a diferentes velocidades. Pajitas o macarrones de diferentes diámetros se pueden usar para trasmitir el mensaje. Si dispone de instrumentos musicales de viento en casa, escuchar los sonidos de los instrumentos de diferente tamaño también puede ayudar.
No se olvide de educar también al resto de la familia. Puede ayudar a los hermanos que no padecen asma, a comprender cómo se siente su hermano asmático, haciéndoles correr por el pasillo mientras respiran por una pajita estrecha (el hermano asmático debe tomar una inhalación del medicamento de alivio rápido antes de reunirse a jugar con ellos y respirar por la pajita estrecha).
No se desanime.
Sobre todo no se sienta culpable, ni haga sentirse culpable a su hijo por los retrocesos. Los adultos también cometen errores con las medicinas, y saben que tomar medicación de forma regular es una tarea difícil y poco agradable.
|