Por M. José Cicero
¡Cuantas veces nuestra actitud es de alegría!, se ve en el semblante; una sonrisa… nos preguntamos ¿porque esa expresión de alegría? Vamos analizar el porque estamos felices: Primero es porque estamos bien con nosotros mismos y al estar así nuestra actitud hacia los demás es de amor y comprensión.
El valor de alegría es en todo momento ver nuestra realidad siempre conociendo nuestra responsabilidad, compromiso, asumiendo también nuestros dolores penas y sufrimientos.
Estar alegres es una actitud de cómo afrontamos a nuestro espíritu todas las cosas que nos rodean, quien se deja afectar por las cosas malas, es elegir a sufrir. Quien decide que la paz es mayor que las causas externas se acerca más a la alegría. Una alegría que viene desde adentro.
La alegría no se encuentra se construye, dejando nuestro propio egoísmo y vivir mas para nuestro prójimo, es saber darse sin medida, sin interés, por el simple hecho de querer ayudar con los medios a nuestro alcance.
Cada vez que realizamos algo bueno con sacrificio o sin el, con desprendimiento de nuestra persona o cosas, sentimos la alegría de haber cumplido un deber y eso nos trae una paz interior.
El tener vida ya es un momento suficiente de alegría, aún sea el los momentos más adversos porque nos da la oportunidad de transformar nuestra vida en lo que realmente apreciamos, es tener la paz interior y empezar de nuevo con las posibilidades de dar algo positivo y de provecho para los demás, “es hacer el bien, sin mirar a quién.”
Que tengan una linda semana
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