VIERNES SANTO
El Viernes Santo es el día de pasión y muerte del Señor y del ayuno pascual como signo exterior de nuestra participación en su sacrificio.
Este día no hay celebración eucarística, pero tenemos la acción litúrgica después de mediodía para conmemorar la pasión y la muerte de Cristo.
Cristo nos aparece como el Siervo de Dios anunciado por los profetas, el Cordero que se sacrifica por la salvación de todos.
La cruz es el elemento que domina toda la celebración iluminada por la luz de la resurrección, nos aparece como trono de gloria e instrumento de victoria.
El Viernes Santo no es día de llanto ni de luto, sino de amorosa y gozosa contemplación del sacrificio redentor del que brotó la salvación.
CRISTO NO ES UN VENCIDO SINO UN VENCEDOR, un sacerdote que consuma su ofrenda, que libera y reconcilia, por eso nuestra alegría.