LA CIUDAD, MI CIUDAD,DE HERMOSILLO( ANTIGUAMENTE PITIC),SONORA,MEXICO,
ESTA CUMPLIENDO 311 AÑOS COMO TAL Y ESTE FIN DE SEMANA,SE REALIZAN UNA SERIE DE EVENTOS DE ARTE,CULTURA Y RECREACION,CON ARTISTAS DE LAS DIFTES. RAMAS ASPECTADAS EN SU INTERVENCION,DE EXTRACCION LOCAL,NACIONAL Y EXTRANJEROS,PROMOTERES GOBIERNO Y PUEBLO SE UNEN EN ESTA FIESTA POPULAR,HE AQUI LA RESEÑA INICIAL DEL EVENTO:
La tarde en Hermosillo cae, como cada día, pero este jueves 26 de mayo fue especial. Ya comenzaron las actividades de Las Fiestas del Pitic, festival cultural y fuente de entretenimiento gratuita para las familias hermosillenses.
Jóvenes, ancianos niños, parejas de todas las edades y condiciones sociales se mezclan este fin de semana en las zonas designadas.
El escenario infantil, ubicado en el parque detrás de Catedral, entre Londres y Galeana, se veía pleno de actividad: mientras un grupo de niños aprendía ajedrez con ayuda de asesores, otros se dedicaban a pintar, montar en pony o veían a la compañía Yamé, caracterizados como payasos, representar la obra “Spling, Splung, Splas”, en la que mediante bromas, bailes y canciones adaptadas tratan de crear conciencia sobre el cuidado del agua.
Mientras tanto, en el Callejón Literario, cuyo escenario es el Callejón Velazco, entre el Palacio de Gobierno y el edificio del ayuntamiento de Hermosillo, se daban reconocimientos y felicitaciones a los jóvenes estudiantes del colegio Alerce por su participación en la producción editorial que periódicamente presentan, y que va ya en su séptima edición.
El pabellón Étnico fue otro sitio de interés, ya que mientras en una esquina un grupo de yaquis originarios de la colonia “La Matanza” bailaba matachines al compás de un violín, una guitarra y varios sonajeros, al cruzar la calle otro grupo realizaba la típica Danza del Venado, armonizada por los instrumentos musicales típicos y tradicionales de este baile.
Sin embargo, no toda la cultura les salía por los pies, ya que otros miembros de las diversas étnias (Seris, pimas y guarijíos, por nombrar algunos) llevan pinturas, máscaras, collares, pulseras y otras diversas artesanías. Entre los expositores destacan las mujeres seris, con su maquillaje facial tradicional y su vestimenta típica, que ofrecen collares de conchas y las ya famosas cestas redondas llamadas haat hanóohcö.Otros artistas y comerciantes ofrecen artículos artísticos o de vestir, y en un sitio tan concurrido no puede faltar el vendedor ambulante de juguetitos, el que vende cóctel de elote, refrescos, churros o el conocidísimo “pico de gallo”.
Después de pasar por este corredor de aromas, sabores y colores que excitan los sentidos, estamos listos para relajarnos, tomar a nuestra pareja y completar la experiencia sensorial incluyendo al tacto y el oído. Los cómplices perfectos están ya sobre su escenario. La Carpa del Danzón, que alberga a la orquesta de Rodolfo “chino” Medina. Con su música nos llevará por las aguas tranquilas pero deliciosas del tradicional danzón, la sensual música “big band” y la música que bailaron (y aún bailan) nuestros abuelos (y también algunos jóvenes, como pudimos apreciar). La orquesta del “chino” Medina se presentará todos los días de las Fiestas del Pitic, en ése mismo lugar.
Nuestro recorrido de ayer nos llevó al mismísimo corazón del palacio de Gobierno, en cuyo jardín interior se presentaba el espectáculo “Entre Gardel y Piazzola”, que explicó a los asistentes los orígenes del tango como baile de personas de baja condición social que vivían en los arrabales argentinos, y que al llegar a Europa se convirtió en moda de alta sociedad. Las explicaciones iban acompañadas de música del período respectivo, a cargo de la soprano Karina Romero, el barítono Emmanuel Mayoral y el tenor Ignacio Quijada en las voces, un conjunto de cuerdas y una pareja que ejemplificaba, de forma magistral, los pasos de esta atractiva danza. Éxitos como el clásico “Volver”, de Carlos Gardel, y “Nostalgia”, de Astor Piazzola, fueron piezas clave de la noche, deleitando al público adulto, pero sorprendentemente, también a muchos jóvenes, quienes no perdían detalle del espectáculo.
Al terminar, nos dirigimos a la plaza Alonso Vidal, pues ya daba inicio la función “Noche de Boleros”, a cargo del cantante Carlos Cuevas. Fue la primera de las cuatro “Noches de Gala”, en las que participarán artistas de talla internacional. Cuevas, con una humildad y un carisma desbordante, interpretó piezas escogidas, como “Tres Regalos”, “Gema”, “Reloj”, “Cien años”, entre otras. De repente, y de forma totalmente sopresiva, bajó del escenario, aún cantando, y caminó entre el público con una sonrisa, mientras abrazaba y se dejaba tomar fotos con los asistentes. En cierto momento, literalmente puso a cantar a la concurrencia, pasando el micrófono por las filas por donde caminaba, y ni siquiera el señor alcalde, Javier Gándara Magaña, se salvó de interpretar un fragmento.
Durante hora y media, Carlos Cuevas nos regaló su visión romántica del mundo, su humor y su sencillez, llegando incluso a interpretar piezas rancheras como “Sonora Querida”, “El Sinaloense” y “México en la piel”, pero llegó el momento de retirarse. Ante las súplicas de la gente, que gritaba “¡otra, otra!”, reapareció en el escenario para darnos un rato más de alegría y cerrar con broche de oro cantando “A mi manera”. Tras esto fue a su camerino a cambiarse, reapareciendo minutos después para tomarse fotos con sus admiradores y firmar autógrafos.
Como espectáculo final, cerramos la noche con el grupo multinacional “Paté de Fuá”, que a pesar de ser lidereado por dos argentinos (Yayo Gonzales, vocalista, y Gullermo Perata, trompetista y banjoista, quienes además componen las canciones), y de tener a un baterista chileno, es un proyecto cien por ciento mexicano. Esta denominación loa avalan sus tres miembros nacidos en el país, Jorge Molina en el contrabajo, Alexis Ruiz, vibrafonista y Víctor Madariaga, acordeonista y bandoneonista. Con sus ritmos, inspirados en la música popular (tarantelas, dixieland, musette, tango, jazz) deleitaron a un público, en su mayoría joven, que los instó a tocar varias de sus piezas más conocidas, como “Muñeca”, “Celoso y desubicado”, “Sin razón ni despedida”, “Ojos Brujos”, y la más aplaudida de la noche, “El Valsecito de Don Serafín“. Con su voz, de registro similar a la de Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat, Yayo Gonzales cantó durante dos horas y media antes de bajar del escenario. Sin embargo, el grupo pronto volvió para empaparse del afecto de sus fans, y no se fueron hasta que se hubo firmado el último autógrafo y apagado el último flash.
Con esto terminamos el día jueves. Sin embargo, sólo quedan tres días de las “Fiestas del Pitic”, y emociones como las de hoy no se deben dejar pasar.
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