Qué suerte he tenido de nacer,
para estrechar la mano de un amigo
y poder asistir como testigo
al milagro de cada amanecer.
Qué suerte he tenido de nacer,
para tener la opción de la balanza,
sopesar la derrota y la esperanza
con la gloria y el miedo de caer.
Qué suerte he tenido de nacer,
para entender que el honesto y el perverso
son dueños por igual del universo
aunque tengan distinto parecer.
Qué suerte he tenido de nacer,
para callar cuando habla el que más sabe,
aprender a escuchar, ésa es la clave,
si se tiene intenciones de saber.
Qué suerte he tenido de nacer,
y lo digo sin falsos triunfalismos,
la victoria total, la de uno mismo,
se concreta en el ser y en el no ser.
Qué suerte he tenido de nacer,
para cantarle a la gente y a la rosa
y al perro y al amor y a cualquier cosa
que pueda el sentimiento recoger.
Qué suerte he tenido de nacer,
para tener acceso a la fortuna
de ser río en lugar de ser laguna,
de ser lluvia en lugar de ver llover.
Alberto Cortéz