Otitis Externa
Con este nombre se designa la enfermedad que surge de la infección o inflamación del oído externo y el conducto auditivo.
Descripción
Este tipo de otitis comienza a manifestarse con una molesta picazón en el oído y dolor, intenso generalmente, que aumenta al presionar sobre el conducto auditivo externo y la movilización del pabellón de la oreja. Esto permite diferenciarlas de las otitis externas.
Poco tiempo después se elimina a través del conducto una secreción con abundante pus y de olor muy desagradable.
La audición disminuye habitualmente, a causa de un impedimento en el pasaje del sonido a través del conducto auditivo externo inflamado y con secreciones.
A simple vista puede observarse que la piel que reviste dicho conducto se encuentra hinchado, enrojecido y muy sensible al tacto.
Causas
Se observa con máxima frecuencia en nadadores, en niños y adolescentes. Muchas bacterias, entre ellas el estafilococo -que produce forúnculos-, pueden generar una otitis externa. La entrada de agua o sustancias irritantes, así como lesiones producidas durante la limpieza del oído facilitan el camino a la infección, al igual que la psoriasis, alergias, eccemas, o dermatitis del cuero cabelludo. El canal auditivo auto depura sus células muertas y las expulsa. La limpieza del oído con hisopos puede empujar esos desechos hacia el interior del canal, donde se acumula y facilita la retención de agua, que puede generar la proliferación de bacterias y hongos.
Signos y Síntomas
El niño pequeño se muestra intranquilo, no puede dormir, mueve mucho la cabeza, dirige sus manos hacia los oídos, llora sin parar y casi nunca acusa fiebre. El niño más mayor está irritable y se queja de dolor.
Dolor de oído.
Prurito en el oído o en el conducto auditivo.
Supuración del oído.
Pérdida de la capacidad auditiva.
Ruidos o zumbidos en el oído.
Tratamiento
Antes que nada se deben eliminar los desechos infectados mediante hisopos o aspiración. Enseguida se recuperan niveles normales de audición. Luego se prescribe varias aplicaciones de antibióticos en gotas durante un máximo de 7 días. Los analgésicos alivian el dolor mientras la inflamación permanece. También se pueden indicar gotas con ácido acético diluido, que colaboran en la recuperación de la acidez del canal auditivo. Los forúnculos no deben abrirse sino por sí mismos, para evitar que se expanda la infección.
Si el niño sigue quejando de dolor, el médico le recetará unas gotas asociadas a algún antibiótico. Si hay inflamación es necesaria la asociación de un corticoide tópico. En el caso de forúnculo, es mejor que el drenaje ocurra de manera espontánea, pues la incisión puede dar lugar a peri condritis.
Llamando al Médico
Se debe buscar asistencia médica ante la presencia de síntomas de otitis externa aguda en una persona sana.
Se debe acudir al médico cuando al tener otitis aguda, los síntomas empeoran o persisten a pesar del tratamiento o aparecen nuevas manifestaciones, como dolor y enrojecimiento del cráneo detrás del oído o fiebre persistente.
Prevención
No manipular el oído con objetos duros.
No limpiarse habitualmente los oídos por dentro.
Si produce mucha cera, deberá consultar con su médico, por si se trata de un eczema.
No mojar el oído con productos químicos.
Secar los oídos cuidadosamente cuando se ha estado expuesto a humedad.
No nadar en aguas sucias.
Proteger el canal del oído con algodón o lana durante la aplicación de líquidos o tintes para el cabello.
Conservar seco el oído y prevenir las infecciones.