ZURDOS O DIESTROS
El hecho de que la mayoría de niños sean diestros no significa que los zurdos sufran alguna anomalía. Incluso actualmente, un niño zurdo puede encontrar problemas de adaptación en un mundo diseñado para diestros. Antiguamente, se veía el ser zurdo como sinónimo de malos hábitos, siendo el niño obligado por la fuerza a cambiar su actitud.
Obligar a un niño zurdo a convertirse en diestro puede resultarle frustrante ya que se le fuerza a hacer cosas con su lado débil y esa actitud le puede hacer sentir incomprendido, inseguro e introvertido. El niño incluso puede llegar a pensar que es una deficiencia suya, causándole una pérdida de confianza en sí mismo.
¿Por qué unos niños son zurdos y otros diestros?, la respuesta está en una configuración cerebral diferente. El hemisferio derecho dirige los movimientos del lado izquierdo de nuestro cuerpo y el hemisferio izquierdo rige los del lado derecho. En la mayoría de niños (diestros), el hemisferio izquierdo es el dominante, pero en otros, prima el derecho (zurdos).
La lateralidad es el predominio de una parte del cuerpo sobre la otra, esta lateralidad puede ser diestra o zurda. Cuando el niño aún no ha conseguido definirla se dice que es ambidiestro (desarrolla con ambas manos la misma habilidad), la mayoría de los pequeños van cambiando de mano y muy a menudo usan las dos al mismo tiempo. Es alrededor de los 4 años cuando se establece la preferencia sobre una u otra, si sobre esta edad, el niño aún se muestra ambidiestro, le debes vigilar porque existe la posibilidad de que tenga problemas de inmadurez motriz.
Alrededor de los 7-8 años aproximadamente es cuando se sabe si el niño es diestro o zurdo. Cuando opta por la mano de la escritura es cuando se puede hablar de su lateralización definitiva. Y se habla de lateralización pura cuando domina el mismo lado en mano, pie y ojo mientras que se habla de lateralización cruzada, cuando por ejemplo se es diestro de mano y zurdo de ojo y viceversa.
Un poco de atención a las actividades cotidianas de tu hijo es suficiente para descubrir la dominancia de su lateralidad. Fíjate en el pie que emplea para chutar un balón, en la mano con la que abre un caramelo u hojea un libro...
Finalmente y para concluir, lo que debes tener presente es lo importante que es ayudar a tu hijo a definir su lateralización de forma correcta. Siempre ten en cuenta que no incide absolutamente nada en la normalidad de un niño el hecho de que utilice preferentemente su lado izquierdo o su lado derecho.