Todas las personas quieren ser felices
y sin embargo, pocas lo logran.
La mayoría obtiene como máximo,
destellos de satisfacción en algunos momentos
y en determinadas áreas de sus vidas.
La Felicidad es otra cosa.
No se trata de sentirnos más o menos bien,
En algo ocasionalmente",
"Sino de sentirnos Plenos en la Totalidad"
de nuestra experiencia vital
y en forma duradera.
¿Y qué es la Felicidad?
Según la definición del diccionario:
Del latín, "felicitas", estado del ánimo
que se complace en la posesión de un bien.
Un estado del ánimo, es un estado del Alma,
de lo más profundo y auténtico que hay
en cada uno de nosotros,
de la totalidad que en realidad somos.
¿Y a la posesión de qué bien se referirá el diccionario?
¿Aludirá acaso a poseer un automóvil de lujo,
o una residencia en un barrio exclusivo,
o una familia "tipo", o una cuenta bancaria de varios dígitos,
o una actividad laboral que signifique destaque social?
No. El bien más preciado que necesitamos poseer
es vivir en un estado de amor
¡Y el Alma sólo se complace
cuando alcanzamos ese estado de amor!
¿Y qué es el Estado de Amor?
Me gusta la definición de Carlos Castaneda:
"un camino con corazón".
Su maestro, el nahual de la etnia Yaqui (México)
Don Juan, le enseñó que lo único que tiene sentido
para un guerrero espiritual, es tener un camino con corazón.
Cuando Castaneda le preguntó qué era eso,
el nahual le dijo que se trataba
de una actitud hacia la vida toda,
de un camino con el que nos sentíamos tan identificados,
que desaparecía la distinción entre él y nosotros.
Y a continuación lo interrogó
sobre cómo podemos saber
si el camino que estamos recorriendo tiene corazón,
y recibió la respuesta:
Si tu Camino Tiene Corazón,
te sentirás naturalmente Fuerte,
Alegre, Energizado y en Paz.
Y eso querido/a amigo/a,
es precisamente el estado de amor:
"Una actitud hacia la vida
que nos hace sentir en forma natural, fuertes,
alegres, energizados y en paz".
¿Y por qué no todos alcanzamos ese estado?
¡Porque no todos estamos dispuestos a pagar los costos!
La gran mayoría de las personas
viven esperando que la felicidad llegue a ellas
de alguna forma mágica.
La felicidad es como el aire
que está permanentemente presente
y buscando introducirse en todos lados.
Claro que para lograrlo, necesita que, por ejemplo,
abramos las ventanas de nuestra habitación.
De lo contrario, no podrá penetrar.
Cuando nosotros tomamos la decisión de ser felices
(y decidirlo no es un mero deseo ,
sino que implica estar dispuestos a hacer lo necesario)
automáticamente nos lanzamos en su búsqueda,
y ese acto significa que le abrimos las ventanas de par en par.
Y entonces ocurre algo maravilloso:
"La Felicidad también comienza a dirigirse hacia nosotros".
He encontrado que las personas
que manifiestan no ser felices,
en realidad nunca salieron en su búsqueda.
Simplemente se limitaron a desearla,
mientras permanecían inmóviles a la espera de un milagro.
Todo el mundo tiene derecho a los milagros,
pero antes es necesario una purificación".
Y la purificación consiste en estar dispuestos
a desprendernos de todo lo que en nuestra personalidad
conspira contra nuestro deseo de ser felices.
Y también consiste en estar dispuestos
a incorporar a nuestra personalidad
todo aquello que necesitamos para ser felices.
Y sí, mi querido/a amigo/a, si quieres ser feliz
tendrás que pagar los costos, porque en la vida,
no hay nada gratuito y menos en relación a la felicidad.
Y me gustaría compartir contigo un secreto:
¡Se Puede y Vale la Pena!
Alberto Suarez