Jesús dijo a sus discipulados. No todo el que me dice, Señor, entrara en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre, que esta en los cielos”. Mateo 7: 21
CONSTRUIR SOBRE ROCA EN LA VIDA PARA SER FELICES EN LA VEJEZ.
Quiero comentarles una preciosa oración de la tercera edad, que hace un tiempo lei en una revista. Dice así:
“Señor enséñame a envejecer como cristiano. Convenceme que no son injustos conmigo los que me quitan responsabilidades, los que ya no piden mi opinión, los que llaman a otro para que ocupe mi puesto. Quitame el orgullo de mi experiencia pasada y el creerme indispensable. Sin embargo, también ayudame, Señor para que siga siendo útil a los demás, contribuyendo con mi alegría al entusiasmo de los que ahora tienen responsabilidades y aceptando mi salida de los campos de actividad, como acepto con naturalidad la puesta del sol.
Finalmente te doy gracias, pues en esta hora tranquila caigo en cuenta de lo mucho que me has amado. Concédeme que mire con gratitud hacia el destino que me tienes preparado. Señor, ayúdame a envejecer así.”
¿ Habra que añadir algo a la hermosura de este texto? Si, hay algo: Hay que vivirlo.
¡Y que difícil es envejecer con esa alegre naturalidad!
Que duro para cualquier ser humano reconocer que se ha entrado en el atardecer de la vida y aceptar al mismo tiempo, que aun le queda mucho por hacer, pero que eso que queda por hacer, es distinto -aunque no menos importante- de lo que ha hecho hasta ahora.
En este mundo hay dos cosas tristisimas, un viejo que se cree joven y un viejo que se cree muerto. Pero hay algo, muy estupendo: Un viejo que asume a la segunda parte de su vida con el mismo coraje e ilusion como vivio la a primera.
Del Salmo 117: Bendito el que viene en el nombre del Señor.
Textos Bíblicos: Isaias 26:1-6; Mateo 7: 21-27; 5 minutos de oración