Todos los seres humanos estamos expuestos a los
golpes de la vida. La actitud hace la diferencia. Los que
sobreviven y salen victoriosos son aquellos que se levantan
sin esperar a ser levantados... y caminan sin volver la vista
atrás, más fortalecidos.
Dios nos da la fortaleza interior para salir siempre victoriosos.
La decisión de usarla, es nuestra. Los que no la usan, son los
que se van quedando por el camino.
Esa es mi interpretación como creyente.
Gracias chiqui-a... lindo aporte,