La Osteoporosis se define particularmente como una disminución de la masa ósea, es decir que internamente los huesos se vuelven porosos, por una pérdida excesiva de calcio, a su vez esto provoca una sensibilidad extrema para las fracturas.

Comúnmente la osteoporosis se da más en mujeres que hombres y la razón es simple, las mujeres tienen menos masa ósea y viven más que el hombre, por ende lo absorbe mucho más rápido, pero en caso de que el hombre viva más de lo normal puede ser que cuando este viejo la desarrolle.

Cuando se llega a los 35 años de edad los adultos comienzan a perder masa ósea, pero como decía anteriormente en el caso de la mujer este proceso es más acelerado cuando la menopausia se presenta, debido a los bajos niveles de estrógenos que producen los ovarios y que a esta altura ya no lo hacen.

Pero existen ciertos signos que permiten identificar la osteoporosis, aunque generalmente se dan cuando ya la pérdida de calcio en los huesos es bastante alta. Dentro de las señales se encuentran los huesos rotos, dolor en la parte baja de la espalda o peor aún una espalda jorobada

Una forma de prevenir la osteoporosis es el consumo de una dieta rica en alimentos que contengan calcio y realizar ejercicio, además de evitar el tabaco y el alcohol, dos importantes factores cuando se diagnostica la enfermedad.

Aunque el mejor tratamiento para la osteoporosis es la prevención. En el caso de las opciones farmacológicas antes se pensaba que la terapia de reemplazo hormonal era una de las maneras de evitar que esta enfermedad empeorara. En este caso las mujeres debeían tomar hormonas (estrógenos y progestina o sólo estrógeno), para compensar la disminución  de estrógenos que se produce cuando llega la menopausia. Sin embargo, la razón por la que se descartar como una buena opción de tratamiento es por sus contraindicaciones, ya que las mujeres que lo toman tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de mama, ataque al corazón, alzheimer, entre otras.

Debido a esto lo que más recomiendan los especialistas es llevar un tratamiento no farmacológico, el cual incluye una dieta rica en calcio y vitamina D, mucho ejercicio y abandonar el consumo de tabaco y alcohol. Sin embargo, para diagnosticar un buen tratamiento siempre será importante considerar el historial de su salud y el historial familiar, ya que de esto dependerá el tratamiento a seguir.