Imágenes del Maratón de Boston de 1967
Kathrine Switzer es perseguida y defendida
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Basado en el texto del artículo "La mujer (fondista) en la cocina"
del blog "Al aire libre" de Juan Carlos Hernández
Aunque
haya cosas que nos parezcan asumidas, a nada que escarbemos en el
pasado reciente nos encontramos con que el presente es cosa de antes de
ayer. Lo que hoy nos parece lógico … en realidad supuso en esta misma
generación una lucha para que el futuro llegase de una vez por todas.
Las imágenes de la parte superior hablan a las claras de lo ilógico del
pasado… y supusieron “un punto de inflexión” para que un futuro con
lógica llegase hecho a otras generaciones.
Y
es que…. las mujeres fondistas “estaban relegadas a la cocina". Hasta
las olimpiadas de México de 1968, la distancia más larga en la que
podían competir las mujeres eran los… 800 metros. En las olimpiadas de
Tokio de 1964, debutaron (se les permitió debutar) en la “larga”
distancia de 400 metros. Y es, por fin, en las olimpiadas de Munich de
1972, cuando participaron en la prueba de los 1500 metros.
Por
algún extraño concepto o idea… la mujer no podía ser… fondista. Lo
pensamos desde el futuro y somos incapaces de imaginar el tipo de
mentalidad que impedía a la mujer correr largas distancias, y tal vez
sea la misma que hoy en día la dice que corra con chándal y velo, o la
tapa con un burka y la impide vivir. Pero ya veis, en nuestra sociedad,
es cosa de hace dos telediarios, esa mentalidad era capaz de privar de
“la larga distancia”… a la igualdad.
Y
es que la evolución de la mujer fondista es cosa de ayer mismo... y no
es hasta los juegos olímpicos de Los Angeles en 1984 , cuando el maratón femenino fue prueba
oficial. Y otras pruebas como… como
el triple salto, el salto con pértiga, los 3000 metros obstáculos, el
lanzamiento de martillo, el 5000, el 10000… estuvieron aún más tiempo
“en la cocina”.
En
la historia del maratón femenino hay nombres de precursoras: como la
francesa Marie-Louise Ledru en 1918; Violet Piercy con una marca de 3h
40´22´´ hecha en solitario en 1926; y nombres como Merry Lepper y Dale
Craig que mejoraron registros en 1963 y 1964 respectivamente…
…
Pero es Roberta Gibb la primera mujer que participó en un maratón. En
1966 tomó la salida en el maratón de Bostón, por supuesto de forma
extraoficial, ya que la prueba era sólo para hombres desde 1897.
En
la siguiente edición, en 1967, se produjo un hecho que supuso un punto
de inflexión. Roberta Gibb volvió a participar extraoficialmente, pero
otra chica, Kathrine Switzer, consiguió un dorsal oficial porque se
inscribió con sus iniciales y coló… Las seis tristes imágenes arriba
dieron la vuelta al país y al mundo, cuando miembros de la organización
intentaban sacarla de la carrera… y era defendida por otros corredores
que “competían” con ella en igualdad. Apoyada por el resto de
participantes Kathrine consiguió acabar su maratón en cuatro horas y
media.
La
federación estadounidense suspendió a Katrine Switzer por cuatro
motivos: haber competido en una prueba masculina, haber completado una
distancia prohibida para la mujer, haberse inscrito ilegalmente y haber
corrido sin ir acompañada. Sin embargo la osadía de Katrine, Roberta y
otras… abrió un camino sin vuelta atrás. En 1971, la segunda edición del
maratón de Nueva York legalizó la participación de mujeres, la de
Bostón en 1972… y así, poco a poco, todas las maratones se convirtieron
en libres. Las fondistas “salían de la cocina”… el futuro había llegado.
Y
para terminar… abajo está la fotografía de la concordia… “llave para
todas las cerraduras del mundo”… En la salida del maratón de Boston de
1973, son Katrina Switzer y el director del maratón Jock Semple, los
protagonistas de las tristes imágenes iniciales, los que esta vez
sonríen… y se abrazan. “El futuro había llegado”.
Kathrine Switzer y el director del maratón Jock Semple en la salida del maratón de Boston de 1973