Arriesgarse a cambiar la vida
Muchas personas se dejan arrastrar en sus vidas hacia un camino determinado. De niños, es normal que sean otros los que dirijan nuestras vidas. Los padres llevan a sus hijos al colegio y, de este modo, están decidiendo por ellos cómo van a pasar el tiempo durante buena parte del día.
Después, durante la adolescencia y al principio de la edad adulta, los padres con frecuencia siguen ejerciendo presión sobre sus hijos y el camino que han de seguir en sus vidas. Pero no sólo ellos, pues la sociedad también tiene sus propias normas no escritas sobre cómo debe ser la vida de sus miembros: debes buscarte un trabajo estable, debes casarte, debes tener hijos, etc.
Por tanto, no resulta extraño que muchas personas adultas se encuentren en una situación insatisfactoria, viviendo vidas que los demás, la sociedad o sus propios miedos a ser diferentes han establecido para ellos y no las vidas que desearían estar viviendo.
De vez en cuando, la depresión se apodera de estas personas. Puede ser un leve estado de abatimiento y tristeza, una sensación de aburrimiento, de falta de sentido, el deseo de seguir durmiendo por las mañanas en vez de levantarse con ánimo y energía para emprender las tareas diarias. O pueden ser formas más graves de depresión. Aunque, por lo general, suelen aparecer sin que la persona tenga claro por qué, como si la oscuridad cayera sobre ellos de repente y sin ningún motivo aparente.
Observa tu vida
El primer paso para cambiar consiste en saber qué deseas cambiar. Pregúntate: ¿estoy viviendo la vida que deseo vivir? Mi trabajo o principal ocupación diaria, ¿la he elegido libremente y me resulta satisfactoria? Tal vez no sepas realmente cómo desearías que fuese tu vida y tengas que dedicar un tiempo a pensarlo, pero es muy posible que sí lo sepas.
Tal vez sabes exactamente el tipo de trabajo que desearías estar haciendo, quizás lo intentaste durante un tiempo, pero la presión ejercida sorbe ti por otras personas o tus propios miedos te llevaron a abandonar. Y es que si deseas vivir la vida que quieres, has de estar dispuesto a hacer dos cosas:
1. Arriesgarte
2. Seguir tu intuición