Aromaterapia
La aromaterapia utiliza el aceite esencial de la planta como método terapéutico. Éste se encuentra en unas diminutas glándulas situadas en la superficie exterior de las raíces, tronco, hojas, flores o frutos de la planta, o bien en el interior de estas estructuras. Es una representación concentrada de las propiedades curativas de la planta y algunos autores piensan que contiene su fuerza vital.
Una prueba de que los aceites esenciales contienen importantes propiedades antisépticas es la aparente inmunidad de muchos perfumistas de la Edad Media durante las epidemias de peste y cólera que azotaron Europa.
Aunque la utilización de hierbas aromáticas para restablecer la salud se remonta a épocas muy antiguas, el primero en denominar "aromaterapia" a esta rama de la medicina natural fue el químico francés René-Maurice Gattefossé. Otro francés, el doctor Jean Valnet, se interesó por esta técnica tras comprobar sus resultados en el tratamiento de las heridas de guerra de soldados durante la Segunda Guerra Mundial. Sus trabajos conllevaron el reconocimiento oficial de esta terapéutica en Francia.
El aromaterapeuta estudia al paciente como un todo, teniendo en cuenta su estado emocional y actitud mental, ya que estos factores son en gran parte responsables de los síntomas físicos.
Los aceites se evaporan con facilidad en contacto con el aire y al inhalarlos penetran en el organismo a través del sistema olfativo. Una vez en el interior del organismo actúan restableciendo la armonía y revitalizando aquellos órganos en los que exista algún tipo de alteración. Sus efectos aumentan cuando se combinan con u masaje de aromaterapia.
Composición de los aceites esenciales
Los aceites tienen complejas estructuras químicas y pueden llegar a contener más de cien productos químicos distintos. Además de los compuesto terapéuticos, el resto de los productos químicos que se hallan en los aceites desempeñan un papel fundamental en la prevención de los efectos secundarios de estos compuestos. Por este motivo no es aconsejable la práctica de utilizar de forma aislada un componente terapéutico. Por ejemplo, el aldehído citral forma parte del aceite esencial del limón y ejerce numerosos efectos terapéuticos sobre el organismo, pero utilizado de forma asilada tiene una elevada toxicidad que puede producir una intensa irritación cutánea.