Propiedades curativas de la miel
La miel puede utilizarse para el tratamiento de diversas afecciones, como heridas, alergias, tos o resfriados. Tiene propiedades antibacterianas y además contiene antioxidantes, vitamina B2, B6, hierro y manganeso.
Las propiedades antimicrobiales varían en función del tipo de miel. La miel de Manuka es la que tiene propiedades antibióticas más potentes. Se trata de un tipo de miel obtenida de un arbusto australiano. Este tipo de miel tiene también propiedades antiinflamatorias. Incluso diluida a concentraciones del 3% es capaz de inhibir el crecimiento de bacterias. A más altas concentraciones puede curar infecciones de estafilococos
Sinusistis. La miel es capaz de matar varios tipos de bacterias resistentes a los antibióticos que pueden causar sinusitis.
Tos. En un estudio* realizado en el año 2007, a 105 niños con infecciones del tracto respiratorio los dividieron en tres grupos: a un grupo se le dio una sola dosis de miel, a otro una dosis de dextrometorfano (en ambos casos, se les dio media hora antes de irse a la cama) y al resto no se le administró tratamiento alguno. Al comparar los efectos de la miel y el dextrometorfano no se encontró diferencia alguna.
Heridas. Cuando se aplica en heridas, la miel ayuda a evitar las cicatrices porque mantiene la piel hidratada, evita la infección, estimula el crecimiento de tejido nuevo y permite que pueda quitarse con facilidad cualquier vendaje debido a impide que se seque a la herida. Los cortes, abrasiones o escaldaduras pueden cubrirse con miel.
Acné. La miel puede utilizarse para tratar el acné leve, al mismo tiempo que hidrata y rejuvenece la piel.
Es importante tener presente que la miel que venden en los supermercados no siempre es de buena calidad.