Expreso la naturaleza de Dios a través del amor, la amabilidad y la paciencia.
Un arcoíris que se expande a través del cielo es un recordatorio de la belleza de Dios reflejada en la naturaleza. Recuerdo con gratitud que yo también soy una bella expresión del Infinito. Acepto el potencial que Dios me ha dado para disfrutar de la vida y contribuir al bienestar de los demás.
Expreso la naturaleza de Dios en todas mis actividades. Logro esto afirmando frases de Verdad. El cofundador de Unity, Charles Fillmore, dijo: “Mientras más a menudo presentes a tu mente proposiciones lógicas y verdaderas, más fuerte se hace el sentimiento interno de logro”.
Al afirmar las cualidades divinas de amor, bondad y paciencia por los demás y por mí mismo, me convierto en Dios en expresión.
Yo dije que ustedes son dioses; que todos son hijos del Altísimo.—Salmo 82:6
En mis oraciones diarias, doy gracias a Dios por bendecir, sanar y guiar a mis seres queridos. Visualizo a cada uno de ellos envuelto en el abrazo de Dios, sabiendo y afirmando que es una expresión perfecta de la luz y la vida divinas. Al afirmar y orar, permanezco con mi pensamiento enfocado en lo divino, permitiendo que Dios obre en mí y por medio de mí para bendecir a otros.
Me aparto de las distracciones externas y centro mis pensamientos en Dios. Aquieto mi mente y me concentro en respirar lentamente. Estoy en paz y receptivo a la presencia amorosa de Dios. En esta Presencia, experimento la paz que sobrepasa todo entendimiento. Mi determinación de centrar mi atención permite que el amor de Dios fluya por medio de mí.
Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios.—1 Juan 4:7