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General: LA PALABRA DIARIA MES DE MAYO
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De: Tatisverde (Mensaje original) |
Enviado: 14/05/2020 19:57 |
Cuando el mundo está lleno de sonidos clamorosos, puede que pierda noción de mi intención. Mi energía se disipa si presto atención a la algarabía, permito que las noticias me abatan o me preocupo acerca de mis finanzas. En mi santuario interno, encuentro consuelo y solaz. Tomo tiempo para ir a un lugar callado. Respiro profunda y pausadamente, aquieto mis pensamientos y libero toda preocupación, apego o temor. Creo un espacio sagrado para escuchar.
En el Silencio, entrego todas mis inquietudes y deseos a Dios. Encuentro en mí la paz y la gracia que necesitaba. Según presto atención, edifico mi confianza en la Presencia divina. Mi fe es renovada al reconocer todo lo que percibí en contemplación callada. Regreso a mis actividades alentado y centrado.
Entonces les dijo: “El que tenga oídos para oír, que oiga′.—Marcos 4:9
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YO SOY UNO CON EL ORDEN DIVINO DEL UNIVERSO.
El orden divino es la energía que mantiene la estructura del universo. Los planetas siguen sus órbitas alrededor del sol. Las estrellas mantienen su lugar asignado. El sol sale y se pone; y las horas que pasan reflejan este orden. Sin embargo, existen momentos en los que siento que tengo puesto un letrero que dice “fuera de orden”.
Si esto ocurre, pasar un momento en oración ayuda a que me alinee de nuevo con el orden del universo. Dejo de prestarle atención al caos aparente y sosiego mis pensamientos. Inhalo paz, y me calmo permitiendo que la Verdad llene mi mente. ¡Yo soy uno con el orden divino del universo! Mantengo presente esta afirmación durante el día. Estoy atento al ritmo de la vida y doy gracias por cada demostración de orden.
Siempre y cuando todo se haga decentemente y con orden.—1 Corintios 14:40
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ABRO MI CORAZÓN AL PERDÓN.
Tal como un infante aprende mediante la prueba y el error, yo también puedo aprender de mis errores. Esto es parte de la experiencia de un alma en evolución, de manera que determino perdonar mis desatinos y las equivocaciones de los demás. Con un corazón abierto puedo perdonar y demostrar compasión.
Recuerdo que la vida es un proceso de crecimiento y aprendizaje. El perdón no solo beneficia a la persona a quien perdono; también promueve mi crecimiento espiritual. Tengo presente que ser flexible y afable es necesario para el sendero de toda alma.
Al ofrecer perdón, realmente me estoy dando un regalo a mí mismo. Lo que doy, también recibo. Mi corazón está abierto al perdón.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos serán tratados con misericordia.—Mateo 5:7
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