Los recuerdos de bodas, nacimientos, vacaciones, días de fiesta y hasta de momentos casuales en compañía de amigos y familiares, vivirán en mi mente y mi alma por siempre. Pasar momentos disfrutando de recuerdos preciados magnifica el sentimiento de gozo que mi corazón abriga.
Doy gracias por esos momentos y por las personas que han enriquecido mi vida brindándome su amor, luz, cariño, compañía y generosidad.
Mis mejores experiencias me recuerdan que Dios es la fuente de todo lo bueno en mi vida, incluyendo mi gozo. Respiro profundamente y doy gracias por la presencia de Dios en toda vivencia. La gratitud ilumina mi día ¡y mi gozo se hace completo!