Pueblan, insaciables de incautos, las tinieblas
que desgarran, la mañana.
Y una brisa tenue, azota la ventana
Despierto perplejo, de un sueño que me atormenta.
Vivir sin ti, pues dormido, la realidad se esfuma.
Una nube de indecisión y nostalgia
Nubla la sonrisa que de mis labios escapa.
Todo fue una pesadilla…
Mas, la nostalgia, mora en cada rincón de mi cama.
Bajo sabanas de pasión
Decorada con la lividez del momento
Y doblegadas entre cuerpos maltrechos que se aman
Cautivo la sensación de poseer tu cuerpo.
Cabalgo erguido sobre la estela de una pasión
Que desborda y purifica el instante en que mi sexo desboca.
Y la humedad de la yaga tensa la agonía de estar lejos.
En cada despertar culmino la noche, donde pueblan mis temores
Donde habitan, indecisos, instantes de arrogancia y desden.
Arraigado en mi alma
Anida el ave, que atrapa toda nostalgia
Presa de cada momento en que mi corazón tiembla
Por la daga sagrada de la duda.
Mas, todo es sueño…
Y las sombras de la madrugada
Protegen la pureza de la ternura
Cuando un corazón ama…
Sin duda, la luz del alba, despejara
La niebla que flagela mis ojos
Rojos de ira, sin un cuerpo que desean
Sin los labios que añoran
Y el corazón que desgarran.